La Unión Europea aprobó este lunes el duodécimo paquete de sanciones contra Rusia, cuya principal medida es la prohibición de la compra y la exportación de diamantes rusos, una de las principales vías de Moscú para financiar la guerra en Ucrania.
La medida entrará en vigor el próximo 1 de enero, cuando se empiece a aplicar el mecanismo que han creado los países del G7 para trazar el recorrido de los diamantes rusos a lo largo de toda la cadena global de producción y garantizar así la efectividad de las sanciones.
"Seguimos apoyando a Ucrania a las duras y a las maduras", escribió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un mensaje en la red social X, en el que también felicitó a la presidencia española de la UE por haber coordinado la negociación del nuevo paquete de sanciones.
"Nuestro mensaje es claro (...): nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con Ucrania y continuaremos apoyando su lucha por la libertad y la soberanía", dijo en un comunicado el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
La coordinación con el G7 y la creación del mecanismo de trazabilidad ha sido fundamental para que Bélgica, líder mundial en la industria de las piedras preciosas, levantase el veto que ha mantenido hasta ahora a la inclusión de los diamantes en las rondas de sanciones y de hecho será el país encargado de garantizar que el sistema funcione en toda la UE.
En concreto, la UE prohibirá la venta, la importación y las transferencias directas e indirectas de los diamantes que se originen en Rusia y de los que transiten por el país.
Tambiénde los diamantes rusos que se procesen en terceros países, pero las sanciones contra este tipo de piedras preciosas se empezarán a aplicar de forma progresiva el 1 de marzo y estarán completamente en vigor en septiembre, informó el Consejo de la UE en un comunicado.
El nuevo paquete de sanciones también incluye medidas para intentar que Rusia no eluda las sanciones que la UE ha aprobado hasta ahora.
Por ejemplo, la obligación de que las empresas europeas que exportan a compañías de Uzbekistán y Singapur les prohíban por contrato la venta a Rusia de determinados productos sensibles, tales como armas, bienes de aviación o productos que Rusia ha empleado en sus sistemas militares en Ucrania.
La UE también reforzó los mecanismos de intercambio de información para combatir el transporte ilegal de petróleo ruso y sus derivados, afectado por el tope que la UE pactó con el G7.
Asimismo, prohibió que los ciudadanos rusos puedan poseer u ocupar puestos de control en entidades que proporcionan criptoactivos a otros ciudadanos rusos.
El nuevo paquete de sanciones también impone requisitos de notificación cuando se transfieran fondos fuera de la UE a las entidades financieras que estén establecidas en un país comunitario, pero controladas por una empresa radicada en Rusia o bien por un ruso o ciudadanos residentes en Rusia.
La UE introdujo además nuevas restricciones a las importaciones de bienes rusos como el arrabio, los alambres de cobre, aluminio, láminas, tubos y tuberías por un valor de 2.200 millones de euros.
También se prohibió la importación de propano licuado, con un periodo transitorio de 12 meses.
Los países de la UE también añadieron a nuevas personas a la lista de sanciones, que afectan ya a cerca de 1950 individuos, entre ellos el presidente ruso, Vladímir Putin.
Por contra, sí han permitido la importación desde Rusia de coches con matrícula diplomática o de los vehículos de ciudadanos europeos que entren a la UE con su vehículo personal, siempre que lo usen con fines estrictamente personales y no con la intención de venderlo.