El vecino de Artziniega, Ramón Rey –creador del Artzikirol en 2007, con la idea de fomentar la práctica deportiva entre los más jóvenes–, organizó en el municipio una jornada en torno a este deporte alternativo e igualitario, con un importante tinte solidario. “Ya que en el Artzikirol resulta esencial el trabajo en equipo y la colaboración, nada mejor que convertirlo también en un deporte solidario, en este caso a favor de la Fundación Unoentrecienmil y su misión de acelerar la curación del cáncer infantil a través del ejercicio”, explicó Rey, que contó con el apoyo del Ayuntamiento y de empresas como Decathlon para sacar adelante este nuevo reto.
En concreto, Unoentrecienmil es una fundación sin ánimo de lucro, con sede en Madrid, que surgió en 2012 para crear proyectos sociales innovadores, cuyos fondos van dirigidos a la investigación científica contra la leucemia infantil a fin de lograr la curación plena de esta enfermedad. Dentro de las iniciativas que esta lanzando, de cara a recaudar ayuda económica, se encuentra la de sumarse a diversos retos solidarios o crear el tuyo propio, como ha optado por hacer el vecino de Artziniega, con el objetivo de reunir 250.000 euros para construir la primera unidad hospitalaria de ejercicio físico y cáncer en España, y hacer un estudio pionero del impacto del deporte en la curación del cáncer infantil.
Hasta el momento se llevan recaudados cerca de 135.000 euros, a través de una treintena de retos por todo el Estado, y la meta de Rey con su jornada de Artzikirol era la de recaudar otros 2.000 euros que, junto al resto, se destinarán a la Aceleradora Unoentrecienmil, que ya ha iniciado la primera fase con la creación de un espacio en el Hospital de La Paz en el que desarrollar un estudio pionero del impacto de la terapia deportiva en la curación del cáncer infantil, aunque “queremos que más unidades como esta se puedan seguir construyendo en todos los hospitales oncológicos de España”, han informado desde la Fundación.
EJERCICIO COMO TRATAMIENTO
El objetivo común de esta plataforma de retos solidarios en torno al deporte es que la actividad física que ya practica una persona sirva, a su vez, para que peques enfermos de leucemia hagan lo propio para curarse. Su idea parte de un dato: “el 48% de la población ya realiza algún tipo de actividad física y sabe el impacto positivo que tiene sobre su propia salud, pero este impacto puede ser mucho mayor si lo practicamos como un reto solidario que nos ayude a recaudar fondos”, aportan, quienes recuerdan que “más del 70% de los niños y niñas que reciben tratamiento padecen algún tipo de efecto secundario”. A ello hay que añadir que, según la Federación Española de padres de niños con Cáncer, “el ejercicio físico reduce el tiempo total de hospitalización, de media, un 17%”, y que, en base a un estudio conjunto de la Universidad Europea y el hospital Niño Jesús, “el 90% de los hospitales aún no incluye el ejercicio físico en sus protocolos de tratamiento”.
La leucemia es el tipo más común de cáncer en niños. En España, alrededor de 1.200 niños son diagnosticados de cáncer cada año. Aproximadamente un 50% de los niños menores de 15 años que padecen cáncer sufren una leucemia o un linfoma. A pesar del progreso, todavía muchos niños con cáncer mueren y la innovación en nuevas terapias seguras y efectivas es insuficiente. Por eso la Fundación Unoentrecienmil dedica todos sus esfuerzos a la investigación, siendo la única fundación en España que dedica el 100% de sus beneficios a proyectos que investiguen la leucemia infantil, comprometiéndose a lanzar todos los años un proyecto de investigación contra esta enfermedad. “Nuestro sueño es poder escuchar que un médico le pueda decir a unos padres: Tranquilos, solo es leucemia. Nos apoyamos en proyectos de investigación científica que impacten en la curación clínica y en proyectos diferenciadores que afecten positivamente en la curación de la salud emocional de esta enfermedad. El proyecto Cunina o nuestras becas anuales, son el resultado de nuestro esfuerzo”, señalan.
Ahora, mediante su plataforma de retos solidarios, también quieren sacar la enfermedad a la calle, fuera del contexto habitual de hospitales y niños enfermos. Quieren que colaborar sea algo optimista, positivo, “dejando atrás el sentimiento de tristeza y de culpa. Que sea algo fácil, sencillo, lúdico y con lo que la gente se sienta realmente bien”, apostillan como gran deseo.