Madrid - Carles Francino (Barcelona, 1956), director de La Ventana (Cadena SER), en realidad quería ser maestro, pero llegó al periodismo por azar y muy pronto le picó el gusanillo de este "hermoso oficio" que sigue vivo.
Hágame una radiografía de la situación actual del periodismo.
-Es obvio que el periodismo como negocio atraviesa un momento delicado porque han saltado por los aires los modos tradicionales de consumo. Aunque sigue siendo indispensable a pesar de dos amenazas gravísimas: la precariedad y la confusión. Lo primero es muy serio porque a más precariedad menos independencia. En cuanto a la confusión, creo que existe una ofensiva en toda regla para difuminar el significado auténtico de la actividad periodística y convertirnos en simples voceros. Aún así, el periodismo sigue vivo y es un hermoso oficio.
¿Los periodistas deben posicionarse políticamente?
-Cada medio debe tener una línea editorial claramente definida, una posición frente a los grandes temas. Y eso pasa por no mezclar de forma torticera información y opinión, pero no veo ninguna necesidad de que a título individual los periodistas exhiban la camiseta de tal o cual color político. Se nos debe juzgar por nuestro trabajo. No creo en el periodismo de trincheras políticas, lo detesto.
¿Qué hacemos mal los periodistas para que los ciudadanos tengan tan mala opinión de nosotros?
-No me gusta generalizar, pero es evidente que alguna cosa hemos hecho mal: básicamente no tener el coraje de limpiar nuestra propia porquería y no plantar cara con suficiente energía cuando nos agreden. Hay que tener algo muy claro: nuestra relación con el ciudadano se basa en la confianza; si eso se rompe o lo perdemos, estaríamos muertos.
¿Hay autocrítica en la profesión?
-Sí, la hay. ¡Es que resulta indispensable para este oficio! Porque lo contrario es la soberbia. Y el periodista -que los hay- soberbio, que un día cree saberlo todo y mira por encima del hombro, ha empezado a morir profesionalmente aunque él no lo sepa. Es posible que siga trabajando, ganando dinero, pero ya es un poco zombi porque sin autocrítica esto es una mierda.
¿Cuál es la clave de una buena entrevista?
-Saber escuchar. Sin eso no hay nada. Y tener claro qué quieres obtener del entrevistado, qué crees que le puede interesar a la gente. Y algo muy importante: no olvidar nunca que el protagonista de la entrevista es él, no tú.
¿Qué cualidades hacen falta para ser un buen comunicador?
-Saber de qué hablas, no hablar cuando no sabes, hacerlo todo con convicción y sin artificios. Porque comunicar es un fenómeno natural, no ir al teatro. A partir de ahí, la gente te puede comprar o no, ¡pero a ti! Aquello de "con la verdad por delante" también vale para esto.
¿Cómo cree que ha variado la parrilla de la radio con la deslocalización de los horarios del fútbol?
-Es un despropósito, nos hace daño a todos: a la radio, a los oyentes y por descontado a los espectadores que van al estadio... Esto tendrá que volver a la sensatez algún día, no tiene ningún sentido.
Los carruseles deportivos parecen el opio del pueblo. Se comen cualquier programa informativo/tertulia, son depredadores...
-Los depredadores son quienes toman la decisión de darles tanto alpiste. Yo soy un clarísimo partidario del deporte, de los carruseles, de otorgarles prioridad en momentos especiales. Pero no siempre. Hasta la langosta o el caviar te pueden acabar hartando si abusas de ellos. Es un tema para reflexionar con calma. Hay que encontrar el equilibrio, pero es que a la locura nos han abocado también estos horarios televisivos tan nefastos.