La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) cierra este 2018 algo debilitada por los escándalos de donaciones irregulares, pero determinada a reforzarse a lo largo del próximo año en el este del país, abanderada por su ala más radical.
Hasta un millón de euros piensa destinar la formación a sus campañas electorales para los comicios que se celebrarán en Sajonia, Turingia y Brandeburgo, tres länder del antiguo territorio comunista considerados propicios para el llamado voto de protesta. La dirección federal ha aprobado esas partidas, informaba ayer el semanario Der Spiegel, donde se recuerda la delicada posición de la AfD especialmente en Turingia, cuyo líder, Björn Höcke, defiende posiciones temerariamente cercanas al neonazismo. Höcke acumula un amplio historial de declaraciones que han levantado ampollas en el país, como cuando llegó a cuestionar que Alemania deba tener en su capital “un monumento de la vergüenza”, en alusión al memorial por las víctimas del Holocausto.
Posiciones como ésta le han colocado en el objetivo no solo de la Justicia, sino también del servicio de espionaje de Interior, además de haber afrontado procesos de expulsión del partido, finalmente archivados. Desde la dirección de la AfD se le acaba siempre “disculpando” y su presidente y jefe del grupo parlamentario en el Bundestag (Cámara Baja), Alexander Gauland, le ha respaldado una y otra vez, a pesar de que internamente se le considera un peligro para la cohesión del partido.
Turingia es el único land del país cuyo Gobierno regional está liderado por La Izquierda, en tripartito con el Partido Socialdemócrata (SPD) y los Verdes. Los sondeos sitúan a la AfD empatada con la formación izquierdista en un 22%, un punto por debajo de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel. En Brandeburgo, ahora gobernado por el SPD con la Izquierda como socio menor, se pronostica un pulso por la primera posición entre la AfD y los socialdemócratas. En Sajonia, con una alianza entre la CDU, el SPD y los Verdes, se prevé que la AfD quede en segunda posición, aventajada solo por los conservadores de la canciller.
Prueba para el nuevo liderazgo de la cdu Las tres regionales se celebrarán entre septiembre y octubre, en la segunda mitad de un año electoral alemán que habrá empezado con las elecciones europeas del próximo mayo, primera prueba para la CDU bajo el liderazgo de Annegret Kramp-Karrenbauer, sucesora de Merkel. No se prevé ahí un gran descalabro para los conservadores, pero sí para sus socios en la gran coalición de Berlín, el SPD, que previsiblemente quedará por debajo de los Verdes, partido en alza.
La formación ecologista es la fuerza emergente del panorama alemán desde hace unos meses, quedaron en segunda posición en los últimos comicios regionales de Baviera y Hesse del pasado octubre y todo apunta a que a escala nacional seguirán rebasando claramente al SPD. Pero en el este los Verdes siguen sin triunfar, mientras que la AfD ha logrado en esa mitad del país sus mejores resultados electorales, con el récord del 24,2 % obtenido en las regionales de Sajonia-Anhalt de 2016.
Los sucesivos altercados y provocaciones protagonizados por la AfD en el Bundestag, donde tiene rango de líder de la oposición y, por tanto el primer turno de réplica, no parecen haber hecho mella entre su electorado de esos länder. Tampoco el escándalo por las donaciones ingresadas irregularmente en la contabilidad del partido por Alice Weidel, líder junto a Gauland de su grupo parlamentario. Sobre Weidel pesan las investigaciones abiertas como presunta responsable del ingreso de 300.000 euros, que supuestamente destinó a la campaña para las generales de 2017, los comicios que dieron a la AfD un 12,6 % y la convirtieron en la primera fuerza ultraderechista en el Bundestag desde los años 50.