Tras más de un año complicado por el covid, mascarillas, confinamiento, distancias de seguridad y restricciones en general, llegan las ansiadas vacaciones. Un merecido tiempo para descansar y disfrutar distanciándose de la rutina. Y hay muchas opciones para encontrar el destino idóneo vacacional para cada persona. No es necesario recorrer grandes distancias por carretera, en avión, barco... para disfrutar de los lugares y paisajes más asombrosos. Nada más lejos de la realidad. Estamos rodeados de belleza natural con playas cuyos acantilados quitan el aliento, frondosos bosques, cascadas que parecen sacadas de un cuento, la majestuosidad de las prominentes montañas o la temperatura idónea que da tregua a los que huyen del calor. A estos encantos se suman ciudades con muchos atractivos e historia y una gastronomía basada en la calidad de sus productos que atrae cada año a miles de turistas...
Más allá de estos argumentos, existen otros de lo más convincentes para hacer turismo y disfrutar de las vacaciones cerca de casa: una apuesta por potenciar la economía propia, una manera de viajar segura en las condiciones actuales y una filosofía que potencia aquello tan próximo y tan nuestro, pero que, a la vez, nos permite perdernos en lugares recónditos y descubrir toda la riqueza turística, paisajística y patrimonial que nos rodea.
Son múltiples los motivos para sacar el máximo partido a unas merecidas vacaciones Sin ir más lejos. La oferta es exquisita y variada. Quien busque mar dispone de 172 kilómetros de costa vasca: playas salvajes y playas urbanas, para satisfacer todos los gustos. Un Cantábrico que empapa de fuerza, tradiciones e historia las grandes ciudades como Donostia y Bilbao pero también municipios pescadores que son una auténtica joya como Plentzia, Zarautz o Pasaia, por poner algún ejemplo.
Pero el verano no es sólo playa; también es un gran momento para conocer otras capitales cuyos cascos viejos son una puerta abierta a tiempos pasados. Visitar Vitoria-Gasteiz o Pamplona, así como pueblos tan atados a la cultura del vino como Labastida o Laguardia es garantía absoluta de diversión y bienestar. Enclaves en los que es un capricho el callejeo, los pintxos a pie de barra y la historia en plena calle.
Entorno privilegiado
Además, nuestro privilegiado entorno cuenta con parajes naturales que acarician el alma de los menos urbanitas. Sitios maravillosos como el Parque Natural de Urbasa-Andía o las aguas cristalinas del Nacedero del Urederra, la magia del bosque de Irati o el paraje semidesértico de las Bardenas Reales.
Hay multitud de lugares a los que ir, ver y disfrutar sin necesidad de invertir demasiadas horas de viaje y con la tranquilidad de estar cerca de casa, así que se hace casi imposible elegir un solo destino. Aunque si hay algo que une todos estos lugares tan variopintos es la certeza de que quien va, se lleva para siempre una experiencia vital única en vacaciones.