El actor hispano-alemán Daniel Brühl ha llegado a La franquicia, la nueva serie de Max ambientada en el caótico rodaje de una película de superhéroes con la experiencia de, precisamente, haber interpretado al supervillano Zemo de Marvel en 'Capitán América: Civil War' en 2016. De ese trabajo sacó la impresión de que “Marvel siempre trabaja con gente extremadamente inteligente aunque no siempre les sale bien. También hay de vez en cuando películas que no funcionan y que son demasiado reciclaje, una fórmula, pero de vez en cuando logran añadir algo al género que te sorprende. Esa fue mi experiencia con Marvel: una mente muy abierta, muy diversa y muy inteligente. Pero sí, como ha habido tantísimo material, tantísimas películas y series, es muy difícil”.

En 'La franquicia', la recién estrenada serie de, entre otros, Sam Mendes, se narra, en tono de comedia, el caos en el set de rodaje de una superproducción de este género y se ponen en solfa algunos entresijos de la industria.

Un género vivo

Brühl, que en la serie encarna a un director del género, Eric Bouchard, admite que este trabajo le recordó las experiencias vividas en grandes películas que ha rodado y resume la serie afirmando que “a primera vista es una comedia, una sátira sobre el mundo de las franquicias, pero yo noté el punto entrañable que tiene, porque tú sufres con esta gente que trabaja todos los días y lo da todo con una pasión y un empeño grandísimos para sobrevivir y para salvar estas películas”

El intérprete comparte con compañeros de reparto la opinión de que las franquicias de superhéroes siempre se reinventan. “Por ejemplo, con Marvel, cuando cuentan estas historias y las adaptan al mundo en el que estamos viviendo ahora, con todos sus problemas, la influencia que tienen a nivel pop cultural es importantísima, porque alcanzan a muchísima gente”, afirma.

Ahonda en esta reflexión apuntado que “si piensas que el nuevo Capitán América es un hombre negro, esto es muy importante, porque es una señal muy potente para la juventud”.

amplia trayectoria Tras participar en varias películas desde el año 1999, en 2003 lideró el reparto de 'Good Bye, Lenin' y se produjo su gran salto a la fama. Por su papel consiguió el premio al mejor actor de la Academia de Cine alemana.

Después llegaron 'Salvador', en la que encarnó a Salvador Puig Antich, ejecutado por el régimen franquista y 'El ultimátum de Bourne' en 2006 y 2007. Y en 2009 rodó 'Malditos bastardos' a las órdenes de Quentin Tarantino.

Ha estado nominado en dos ocasiones a los Globos de Oro y a los Goya de la Academia española.