En ocasiones resulta difícil saber si ciertas escenas televisivas son espontáneas o están preparadas. Es la pregunta que se debieron hacer este lunes miles de espectadores de TardeAR al ver una de las escenas televisivas más destacadas de los últimos meses.
Uno de los redactores del programa anunciaba la muerte de Caritina Goyanes por un paro cardíaco que no pudo superar.
Tras el anuncio del periodista, tanto Ana Rosa Quintana como el resto de colaboradores mostraban su sorpresa, dado que supuestamente no sabían que el redactor había entrado en directo para comunicar dicho suceso.
Una de las más afectadas fue su amiga Lolita, que en ese momento se encontraba en plató. La cantante y actriz tuvo que abandonar el plató tras sufrir un ataque de nervios.
Fue precisamente la labor de la realización del programa la que recibió numerosas críticas por enfocar a Lolita mientras ésta lloraba desconsolada. La propia Ana Rosa tuvo que ordenar que la sacaran de plano, pero el equipo de realización volvió a meterla en pantalla.
Esto desató la furia de las redes, que no dudaron en tachar de amarillista al programa: "Son iguales unos que otros. El morbo, la carroña y el amarillismo por encima de todo".
"No hay persona más buitre que el realizador", criticaba otro usuario, mientras otro sugería que "igual podían haber tenido la deferencia de al menos no perseguirla con la cámara".
"No culpo a nadie concretamente. Me temo que es práctica generalizada (en este y en el resto de programas de este tipo), priorizar dar la exclusiva de una noticia, sin tener el cuenta el dolor o el daño que puedan producir", sentenciaba otro usuario de X.
Empresaria y figura mediática
Caritina Goyanes era una reconocida empresaria y figura mediática, nacida en Madrid en 1976. Proveniente de una destacada familia vinculada al mundo del espectáculo y la alta sociedad, era hija del actor Carlos Goyanes y de Cari Lapique. Caritina se hizo un nombre en el ámbito empresarial, especialmente en el sector de la gastronomía y la organización de eventos.
Fundadora de la empresa Six Sens, se dedicaba a la planificación de eventos personalizados, donde combinaba su pasión por la cocina y su habilidad para el diseño y la organización.
Caritina era también una influencer activa en redes sociales, donde compartía consejos de estilo de vida, recetas y momentos familiares. Además, participó en diversos programas de televisión, consolidándose como una personalidad popular en la sociedad.
Este inesperado fallecimiento a los 46 años se produjo apenas dos semanas después de que la empresaria se encontrara sin vida a su padre. La última vez que se la pudo ver en público fue, precisamente, durante el entierro de su padre.