Cada 1 de junio se celebra el Día Mundial de la Leche, una fecha instaurada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) para reconocer la importancia de este alimento esencial en la nutrición humana y en la seguridad alimentaria global. En esta jornada, más allá de poner en valor un producto cotidiano, conviene poner el foco en la calidad nutricional de la leche que consumimos y en el impacto de su producción sobre nuestra salud, el medio ambiente y el bienestar animal.

Una aliada diaria de la salud

La leche es un alimento milenario único, completo y equilibrado que resulta muy beneficioso para nuestra salud. “Aporta proteínas de alto valor biológico, así como calcio y fósforo, que en condiciones normales contribuyen a mantener la salud de los huesos. También contiene vitaminas esenciales como la B2, que ayuda a proteger contra el daño oxidativo, y la B12, clave para el buen funcionamiento del sistema inmunitario”, explica Izaskun Arrarás, dietista y nutricionista de CODINNA (Colegio Oficial de Dietistas Nutricionistas Navarra). 

Su consumo está directamente relacionado con la salud ósea, el desarrollo infantil, el mantenimiento muscular y el equilibrio nutricional en todas las etapas de la vida. Sin embargo, no todas las leches son iguales. La calidad nutricional puede variar según su origen, el tipo de alimentación del ganado, el manejo ganadero y los métodos de producción. En este sentido, resulta clave elegir marcas que garanticen un alto estándar de seguridad alimentaria y sostenibilidad.

Calidad certificada y compromiso real

Un ejemplo destacado es Lacturale, una empresa navarra que ha marcado un hito en el sector lácteo nacional al ser la primera leche certificada en Producción Integrada. Este modelo de producción garantiza un sistema equilibrado y controlado en todas las fases, desde el cuidado del campo hasta la fabricación del brick, combinando técnicas tradicionales con innovaciones respetuosas con el entorno. “Al final, si cuidamos a los animales, a las personas y al medioambiente, vamos a vivir mejor en todos los sentidos: social, económica y medioambientalmente. Por eso apostamos por la producción integrada, porque representa un compromiso real con un modelo más sostenible y justo para todos”, explica Juanma Garro, ganadero y presidente de Lacturale.

Lejos de ser una etiqueta más, es una garantía para el consumidor de que la leche ha sido producida de forma ética, segura y sostenible.

Además, el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Navarra respalda el consumo de leche Lacturale, recomendándola por su calidad desde el punto de vista nutricional, por su sostenibilidad y por apoyar la economía local y los circuitos cortos. “Presenta un índice bacteriológico más bajo, lo que significa que tiene una menor cantidad de bacterias presentes”, puntualiza Izaskun Arrarás.

Un modelo que cuida del consumidor

El compromiso de Lacturale va más allá del producto. En sus granjas, los animales son alimentados con forrajes naturales y cuidados bajo estrictas condiciones de bienestar animal.

“El sistema de producción integrada no solo garantiza la calidad, sino que también impone exigencias muy claras. Por ejemplo, obliga a que más del 80% de la alimentación de las vacas provenga de forrajes, respetando así su naturaleza de rumiantes”. La trazabilidad es otro de los pilares: el consumidor puede conocer la procedencia exacta de la leche que compra, lo que fortalece la confianza en el sistema productivo y en la marca

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Sostenibilidad y calidad en cada vaso de leche

Sostenibilidad y calidad en cada vaso de leche Cristina Rueda

Elegir bien es parte del cambio

En un contexto global donde la sostenibilidad y la salud son prioridades urgentes, elegir una leche como la de Lacturale no solo beneficia al consumidor por su perfil nutricional, sino que también impulsa un modelo agroalimentario más responsable y justo.

El 1 de junio, Día Mundial de la Leche, se pone en valor no solo su importancia en la dieta diaria, sino también el compromiso con una producción ética, saludable y sostenible. Una leche de calidad no solo alimenta, sino que también protege el entorno y el bienestar de quienes participan en su elaboración.