La Fiscalía pide 34 años y tres meses de cárcel para una mujer acusada de manipular a un amigo con esquizofrenia paranoide, sobre quien llegó a ejercer un "poder supremo" mediante varias tácticas, hasta lograr que asesinara a su propio padre y le transfiriera, aunque sin éxito, 20.000 euros.

En la Audiencia de Barcelona ha arrancado hoy el juicio a la acusada, A.A.V., con la elección del jurado popular que deberá determinar si, como sostiene la Fiscalía, debe ser condenada por los delitos de asesinato y de incendio -en ambos casos como autora por inducción- y de estafa.

El autor material del crimen, I.M.S., fue detenido la misma tarde del parricidio -el 8 de junio de 2019- e ingresó en un hospital psiquiátrico al sufrir delirios, si bien tres meses después, cuando había recuperado sus capacidades, reconoció su responsabilidad e incriminó a la otra acusada, por lo que la Fiscalía pide ahora su absolución aunque solicita que permanezca en un psiquiátrico un máximo de 29 años.

La acusada conoció a I.M.S. la primavera de 2018, al iniciar una relación sentimental con un íntimo amigo suyo, y rápidamente se percató de su situación económica "desahogada" y de su carácter introvertido y su baja autoestima sentimental, por lo que le fue separando de forma paulatina y progresiva de su grupo de amigos para poder aplicar un plan para obtener dinero de sus padres, que le financiaban los gastos de sus estudios sin fiscalización.

Para ganarse la confianza del chico, la acusada se inventó en verano de 2018 la existencia de una amiga suya -en realidad era ella misma- que inició una relación sentimental de forma telefónica y cibernética con I.M.S., en la que incluso le propuso tener un hijo junto mediante inseminación artificial, lo que el joven aceptó.

Además, como sabía que I.M.S. y su amigo eran "fácilmente manipulables" y que sentían gran admiración por todo lo relativo al trabajo policial, la acusada les hizo creer que formaba parte de un grupo secreto que colaboraba con los Mossos d'Esquadra en la lucha contra la trata y les ofreció la posibilidad de que se integraran en este grupo, según la Fiscalía.

En este grupo policial secreto tenía un "papel estelar" la falsa novia telemática de I.M.S., con lo que la acusada tuvo el pretexto para evitar el contacto personal con ella que el joven solicitaba.

Mientras que I.M.S. mostró una "credulidad absoluta", su amigo empezó a manifestar dudas, por lo que la acusada se centró exclusivamente en el primero, porque además el otro no tenía solvencia económica.

Con I.M.S. a su merced, la acusada, fingiendo necesidades del supuesto grupo policial, pidió al joven que solicitara dinero a sus padres, enmascarándolos en pagos derivados de sus estudios, y se los entregara, como finalmente ocurrió.

De esta forma, entre febrero y junio de 2019, la acusada obtuvo 7.495 euros que los padres del chico le entregaron, por seis conceptos distintos, para que pagara varios cursos.

Sin embargo, tras el último pago, el 7 de junio de 2019, los padres del chico le advirtieron de que ya no le harían ninguna transferencia más, ante lo que la acusada dio un "salto cualitativo" en su plan criminal, según la Fiscalía.

A partir de aquí, entre mayo y junio de 2019 constató que con sus tácticas de manipulación había logrado un "total alejamiento de la realidad" de I.M.S., por lo que se valió de su situación mental y, aprovechado el "poder supremo" que ejercía sobre él diseñó un plan para que este cometiera un parricidio y le transfiriera 20.000 euros de su progenitor.

Para convencer al joven, la acusada le hizo creer que su padre tenía conexiones con la mafia y que la vida de su madre, de su hermana y de los supuestos hijos que habían tenido mediante inseminación artificial corrían un grave peligro si no mataba a su padre.

Y así acabó ocurriendo el 8 de junio de 2019 cuando I.M.S, siguiendo las "precisas instrucciones" que le había dado la acusada, acudió a su domicilio paterno y, tras comprobar que su madre y su hermana no estaban en casa y que su padre dormía, le asestó varias puñaladas en el cuello y en el tórax -que le causaron la muerte- y buscó sus claves bancarias para transferir 20.000 euros a A.A.V., aunque no las encontró y no pudo enviar el dinero.

Posteriormente, siguiendo las instrucciones que le había dado la acusada, según la Fiscalía, I.M.S. prendió fuego a la vivienda, salió huyendo de la casa, reseteó su teléfono y lo lanzó al mar.

El incendio se propagó por la vivienda familiar, pero no se extendió al resto del edificio por la rápida acción de los bomberos.

Según la Fiscalía, A.A.V. actuó en todo momento haciendo "todo lo posible" para "aumentar e intensificar" la progresiva pérdida de consciencia de la realidad que sufría I.M.S. para asegurarse un "control" de su comportamiento y facilitar la consecución de sus planes sin su intervención directa.