La campaña Soy mayor, no idiota iniciada por el médico jubilado Carlos San JuanSoy mayor, no idiotainiciada por el médico jubilado Carlos San Juan para reclamar "una atención más humana en los bancos" ha puesto aún más el foco en el aislamiento al que se ha sometido a las personas más mayores tras la vertiginosa escalada de la digitalización y consiguiente eliminación de la atención presencial.

Y es que además de acabar con el trato personalizado en las sucursales que reclama el doctor valenciano, la situación es extrapolable a decenas de trámites que hay que realizar diariamente: Administración pública, Seguridad Social, Osakidetza... Así lo denuncia la asociación de jubilados y pensionistas de Bizkaia Nagusiak, que sostiene que "los mayores nos sentimos abandonados a nuestra suerte y más en estos momentos de crisis en los que nuestra vulnerabilidad se hace más manifiesta".

Del mismo modo, recuerdan "que nuestra aportación a la Sociedad durante todos los años de nuestra vida, nos hace merecedores de un trato más adecuado a nuestras circunstancias".

Dependencia

José Ramón Landaluce, vocal de la asociación vizcaina pone el foco en la dependencia que crea tener que contar siempre con la ayuda de un familiar para poder hacer gestos tan sencillos (para la población digitalizada) como pedir una cita para el médico: "Supone hacerles más dependientes de lo que sus problemas de salud requieren", sostiene.

Por el mismo camino se pronuncia Julia García, que cuenta entre risas cómo ella, de 63 años, tiene prácticamente los mismos problemas que su madre, Marcelina Gómez, de casi 95. "Pero a ella se le suma el problema de que ve y oye muy poquito. La única opción que tiene es fiarse de nosotros y dejar que se lo hagamos todo", explica. "Yo por ejemplo no sé pedir una cita por internet para el médico. Siempre me tiene que ayudar mi hija", explica.

Por eso, expone el sentir de todo un sector de la sociedad: "Necesitar ayuda de familiares cada vez que tienes que hacer una gestión de cualquier cosa te hace sentir inútil, la verdad. Como dice la campaña: Somos mayores pero no idiotas", expone aludiendo a la recogida de firmas de San Juan.

Además, otra de las trabas que ha creado la brecha digital y la eliminación de una atención presencial es el no poder sacar dinero fácilmente.

Como expone García, "mi madre no sabe sacar dinero en el cajero, y en la sucursal no se puede porque te obligan a sacar una gran cantidad de dinero". De hecho, las exigencias de la banca deja anécdotas como la que cuenta Marta, que recuerda cómo su abuela en una ocasión, al recibir una respuesta negativa por parte de la trabajadora del banco para sacar 100 euros en ventanilla, pidió 300, y en cuanto se los dieron le dijo a la trabajadora de su sucursal: "Gracias, ahora quiero ingresar 200", dice entre risas.

Atención presencial

Asimismo, García hace alusión al horario restringido que tienen las sucursales bancarias actualmente, que esta semana han anunciado cambios en su política de atención presencial. "Mi madre nunca llega a tiempo, porque cierran por la mañana. A las personas mayores les cuesta ducharse, vestirse... y a las 11:00 horas todavía no ha llegado al banco. Es imposible. Así que solo le queda fiarse de los hijos", sostiene.

Y es que Landaluce denuncia el motivo para haber establecido esta nueva política de atención al cliente: "El dinero se invierte para ganar, y si una persona mayor no te da beneficios le cierras la puerta y ya está".

Lo mismo ocurre con las administraciones públicas que han telematizado la mayoría de trámites, dejando atrás a las personas sin acceso a internet o sin habilidades digitales para hacer uso de ellas, como los mayores. "Hay que poner una alternativa humana. Con los años lo que quieres es hablar con una persona, no enfrentarte a una máquina", sostiene el vocal de Nagusiak. "Según vas cumpliendo años te vuelves más cariñoso, necesitas sentirte querido. Y no se debería perder el contacto con la gente solamente por ganar más dinero o ahorrarlo". Por eso, lanza una petición: "Hay que dejar atención presencial durante unos años".

Tecnología accesible

Hay unanimidad entre los protagonistas al señalar a las nuevas tecnologías como aliadas. Sin embargo, subrayan que estas tienen que ser accesibles para todos los sectores de la población. Como defiende Landaluce, "hay que tener en cuenta el conocimiento, poder adquisitivo, tener una edad que te permita aprender€ no tener una enfermedad que te haga olvidar lo que has aprendido.. todos los desarrolladores piensan en ellos, no es sus padres o abuelos", clama. Lo mismo defiende el médico jubilado Carlos San Juan que pide que "no nos exijan lo que no podemos tener ni lo que ellos podrán tener a nuestra edad".

Las cosas así, en la asociación Nagusiak lo tienen claro: "Parece que tendremos que seguir luchando para defender nuestros derechos, de eso no nos podemos jubilar por ahora".