Pasaia - Volver a la mar lo antes posible es el objetivo de la tripulación del Aita Mari, que el domingo arribó al puerto de Pasaia desde donde zarpará de nuevo en agosto. Se trata de una detención forzada, al no haber conseguido los permisos necesarios para llevar a cabo tareas de salvamento en el Mediterráneo central. Así, tras un mes realizando labores humanitarias en las islas griegas de Lesbos y Chios, el barco será sometido en Pasaia a diversas reparaciones. En este tiempo que permanecerá en tierra, volverán a pedir el expediente que les permita salvar vidas. “Si no lo conseguimos, volveremos a hacer ayuda humanitaria en las islas”, informó ayer Iñigo Mijangos, presidente de SMH. Al contrario que el Open Arms, que la pasada semana partió hacia al Mediterráneo pese a no tener permiso para realizar rescates, SHM no contempla “desobedecer” las instrucciones de la Dirección General de la Marina Mercante. Saltarse la prohibición conlleva sanciones de hasta 1,2 millones de euros. - I.A.