Huelva - La Guardia Civil sospecha que Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, la agredió sexualmente en su domicilio de El Campillo (Huelva) y posteriormente intentó ocultar las pruebas con una limpieza a fondo de la casa. Los investigadores encontraron ayer una manta ensangrentada y varios objetos personales de la joven profesora zamorana, mientras su asesino confeso, Bernardo Montoya, pasó la jornada en la Comandancia de Huelva, a la espera de pasar hoy a disposición judicial. Los investigadores, que desconocen aún cuántas horas la mantuvo secuestrada, si la mató en su domicilio o si se la llevó viva hasta la zona donde fue hallado el cuerpo, localizaron tras las indicaciones del detenido, una manta ensangrentada y una serie de objetos personales pertenecientes a la joven en dos localizaciones próximas al municipio de El Campillo, donde residían la víctima y su presunto asesino.

La manta fue localizada en un contenedor situado en la N-435, a apenas un kilómetro de donde el pasado lunes fue hallado el cadáver, y el resto de enseres, entre ellos las llaves del coche y de la casa de la joven y un monedero, los encontraron en otro contenedor próximo al cementerio de la localidad. Lo que continuaba sin aparecer es el móvil de la joven, que es, según los investigadores, una de las piezas clave para esclarecer totalmente el crimen.

Montoya permaneció todo el día en la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, a la espera de pasar a disposición judicial, mientras en El Campillo los miembros de Criminalística continuaron trabajando en su casa. Se prevé que sea llevado ante el juez por la Guardia Civil hoy antes de las 13.00 horas, cuando finaliza el plazo máximo de detención, y lo hará en el Juzgado de Instrucción de Valverde del Camino (Huelva), que se ha hecho cargo de la investigación. Precisamente su titular, Elvira Mora, pidió ayer “respeto” al secreto de sumario decretado al objeto de “salvaguardar la investigación” y de “no aumentar el dolor de familiares y allegados”, todo ello ante “la abundante información vertida en las últimas 72 horas” acerca de la desaparición y muerte de la joven, dejando claro que son “ajenas al ámbito judicial y a las diligencias que están siendo instruidas”.

Montoya llegó a la Comandancia de Huelva el miércoles a las 2.20 de la madrugada y fue allí, a las pocas horas, donde confesó el crimen, pero aportando una versión que poco a poco los investigadores han ido desmontando con las pruebas que han ido obteniendo y con los resultados de la autopsia. En este sentido, negó que la hubiera agredido sexualmente, sin embargo la autopsia confirma esa agresión; y tampoco reconoció haberla llevado a su casa en El Campillo, situada a escasos metros de la de joven, aunque en ella los investigadores han encontrado restos de sangre que podrían corresponder a su víctima -se está a la espera de los resultados- y que el detenido no pudo hacer desaparecer a pesar de haber fregado con lejía la vivienda para borrar cualquier pista. En esa casa estuvieron trabajando también efectivos del Servicio de Criminalística durante todo el día para seguir recabando pruebas y, si bien se preveía que el detenido podía ser trasladado de nuevo hasta ese punto, o al lugar en el que apareció el cadáver para un nuevo registro o la reconstrucción de los hechos, finalmente no se produjo.

La familia de Laura ha optado por el silencio desde que desapareció, el 12 de diciembre, y así se ha mantenido tras el trágico desenlace que tuvo lugar cuando encontraron su cuerpo sin vida el lunes 17. Sin embargo, ha roto ese silencio para pedir respeto y denunciar las cuentas de redes sociales que aprovechan la dolorosa situación para incitar al odio. “Os pedimos colaboración ante las numerosas cuentas y mensajes que atentan contra la dignidad de Laura y que incitan al odio y a la violencia aprovechando su asesinato. Os rogamos que no contestéis a dichos mensajes ni interactuéis con los perfiles”, pide la familia, así como evitar propagar bulos. - DNA

Revisión tras La Manada. El Consejo de Ministros verá hoy la propuesta elaborada por el consejo asesor encargado de revisar el proyecto de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECRIM) para darle “perspectiva de género”. El estudio ha sido realizado por un consejo asesor, que fue creado a finales de agosto tras la sentencia de La Manada.

47

En lo que va de año, 47 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, 39 niños han quedado huérfanos como consecuencia y otros 3 menores han sido asesinados. Desde 2003, ha habido 975 asesinatos machistas en España.

Juan Carlos Quer, padre de Diana Quer, ha pedido a los representantes políticos que dejen sus confrontaciones al margen y al menos en esta cuestión, la protección de los hijos y de la mujer, “estén a la altura”. “Es de sentido común”, señaló, para recalcar que se suma a todas aquellas iniciativas y medidas legislativas que refuercen de forma efectiva los controles penitenciarios y policiales de peligrosos criminales, tanto cuando están en prisión como, sobre todo, cuando son puestos en libertad. En este sentido, aseguró que el asesinato de Laura se podría haber evitado si se hubiera detectado que su asesino no estaba en condiciones de ser puesto en libertad.

“Renuncio de mi hermano”. Como hiciera el padre de los gemelos Montoya, Luciano, actualmente en prisión por matar a una mujer, quiso desmarcarse ayer de lo hecho por su hermano y pedir perdón a la familia de Laura. “Que lo pague, que lo pague y ya está. Y le doy a esa familia el pésame, que lo siento mucho, en el alma, y de eso pongo a Dios por testigo”, dijo el gemelo de Bernardo, que se quejó del acoso que está sufriendo él y su familia. “Yo no tengo nada que ver con lo que ha hecho mi hermano, yo estoy pagando lo mío”, afirmó.