DONOSTIA - Al posar para los fotógrafos, ha mostrado orgulloso la medalla que le concedieron cuando le nombraron premio Nobel de Física. ¿Qué sintió en aquel momento?

-No es la original, es una réplica para las fotos, pero es igual. Hay una satisfacción personal al ganar premios, pero la verdadera satisfacción es descubrir algo nuevo y la sensación de haber hecho un trabajo que de verdad merece la pena. Cualquier científico que está haciendo un estudio tiene ciertas posibilidades de ganar un premio Nobel, pero necesitas suerte para caer en algo. Los descubrimientos más sorprendentes necesitan suerte, pero hay que estar preparado para darte cuenta de que estás ante algo nuevo.

Participa usted en un congreso sobre el diseño de la física cuántica.

-He venido a este meeting para hablar de la computación y la información cuántica y estamos escuchando en Donostia los últimos avances sobre este tema. En los últimos diez años hay este sueño de intentar diseñar nuevos materiales con propiedades definidas por la mecánica cuántica. El progreso está siendo sorprendentemente rápido en este campo. Aquí está habiendo muchas charlas sobre diferentes descubrimientos, en las que participan tanto grupos internacionales como científicos locales. Hay muchas compañías y gobiernos poniendo mucho dinero para hacer realidad este sueño.

Habla usted de una gran financiación. Sin embargo, más de 30.000 españoles han tenido que emigrar o abandonar su vocación por la falta de inversión desde que estalló la crisis económica. ¿Es un error no proteger a los científicos?

-Sí, un recorte de un 10% puede ser tolerable, pero cuando es de un 50% se destruye totalmente el tejido investigador. Vengo de Brasil, donde están sufriendo estos problemas. Estaban intentando atraer a muchos investigadores y de repente se les ha ido al garete toda su idea. Tengo la sensación de que en Euskadi, las investigaciones han sido mejor tratadas que en otras provincias, hay una situación mejor para la financiación de la ciencia, debido entre otras cosas al régimen fiscal.

¿Considera imprescindible mantener la financiación a la ciencia?

-Sí, es necesario, pero en particular es importante crear una cultura en los lugares en los que se está desarrollando la ciencia y aquí, en Donostia, sí existe esa cultura. Un centro de investigación tiene que desarrollar una forma determinada de hacer las cosas y una concienciación de cómo hacer las cosas. Esto sucede aquí, en centros como el DIPC.

Como británico, ¿teme que el ‘Brexit’ ponga en riesgo la excelencia científica de su país?

-La investigación científica británica sufrió un recorte importante y tuvo unos tiempos muy malos en los años ochenta, durante el Gobierno de Margaret Thatcher. Tardó en recuperarse, pero se recuperó y es uno de los sistemas científicos más potentes ahora mismo. Actualmente, hay mucho dinero de Europa que va a la investigación en Gran Bretaña y que viene del European Research Council (ERC). Mi esperanza es que aunque exista el Brexit, Reino Unido pueda acogerse a la financiación de la ERC, como lo hacen Suiza o Israel, pero quién sabe lo que puede pasar con el Brexit. No obstante, es muy bueno que haya varias agencias que financien la investigación porque, si solo hay una y no quiere financiar tu estudio, ¿qué puedes hacer?¿Cree que el ‘Brexit’ dificultará la estancia de científicos extranjeros en el Reino Unido?

-Obviamente puede haber problemas de visas y burocráticos y hay que decir que ha sido muy útil poder tener todo un espacio europeo en el que moverse sin limitaciones. La ciencia es una actividad internacional, no nos preocupamos del país de procedencia. Lo que buscamos son instituciones que apoyen y gente dispuesta a colaborar. Lo importante es tener centros de excelencia que sean capaces de traer a personas, porque son ellas las que forman la excelencia científica.

¿Por qué la física es una materia tan difícil de entender para la sociedad en general?

-Es complicada porque requiere muchas matemáticas. En este sentido son especialmente importantes los profesores del colegio para intentar atraer a los jóvenes a la ciencia y hacia la física. Aunque, por supuesto, la física no es para todo el mundo. Lo que se está intentando hacer ahora, donde se está poniendo el esfuerzo, es en incorporar a las mujeres jóvenes a la investigación. Pero lo que ocurre es que es muy complicada la conciliación, la combinación entre la investigación y la vida familiar, porque la ciencia requiere mucho tiempo y esfuerzo.

Pese a ello, en Euskadi la nota de corte para realizar la carrera de Física se ha disparado, cuando antes solo se necesitaba un aprobado, ¿la física está de moda?

-La física y las matemáticas son herramientas sobre el desarrollo de ideas, suponen un entrenamiento muy adecuado, porque es numérico y cuantitativo. Estas capacidades en el futuro van a ser muy necesitadas y demandadas por la sociedad, en particular cuando sean las máquinas las que hagan el trabajo físico más duro.