vitoria - Esta legislatura se podrá obtener el título C1 de euskera (EGA) sin salir del propio euskaltegi. Lo que para muchas personas parecía una quimera va a ser posible gracias a la implantación progresiva de la evaluación continua en el proceso de acreditación de los niveles oficiales de euskera. Así se recoge en la resolución emitida por el director de HABE, publicada hace algunas semanas en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV). No obstante, la Organización para la Alfabetización y la Reeuskaldunización de Adultos ha iniciado esta semana los primeros contactos con los euskaltegis con el objetivo de “afinar” los criterios de evaluación que ya se están aplicando en los niveles más básicos (A1, A2 y B1) con el objetivo de garantizar unos baremos lo más homogéneos posible para garantizar la igualdad de oportunidades de todo el alumnado, independientemente de si se estudia en Arrasate o en Barakaldo.

Así lo avanza a DNA el director de HABE, Jokin Azkue, quien pone en valor el paso dado por el Gobierno Vasco para reconocer “la capacidad académica” a los euskaltegis y “acercar” los exámenes al alumnado que será examinado por sus propios profesores y que, por tanto, conocen de primera mano su progresión. Este salto de gigante en la acreditación del euskera no está exento de dificultades. Sobre todo a la hora de “alinear” los criterios de evaluación que hasta ahora tenían los euskaltegis con los criterios de baremación que aplica HABE en base al Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, el estándar europeo que sirve para medir el nivel de comprensión y expresión oral y escrita en una determinada lengua.

“Es un proceso complejo, que no se hace vía decreto, tenemos que ir afinando”, dice Azkue, quien augura que antes de 2022 se podrá acreditar en los euskaltegis hasta el C2, que se corresponde con el perfil 4 de la Administración. “Hemos definido cuatro años para ello, pero el tiempo dirá cuándo se podrá extender la evaluación continua al B2, al C1 y al C2. ¿Qué ocurre? El actual sistema ha obligado a los euskaltegis a introducir numerosos cambios para adecuarse, están realizando una labor muy importante en este sentido, pero poco a poco llegaremos a eso”. Desde HABE son conscientes de que la evaluación continua debe contar con las mismas garantías que las pruebas externas o que las de la Escuela Oficial de Idiomas. Para ello es básico que los 130 euskaltegis homologados unifiquen los criterios de evaluación y se ponga en marcha un “sistema de control y seguimiento sobre la aplicación de esos criterios”, explica Azkue.

Seguramente este celo se deba al interés del Gobierno Vasco por evitar que la evaluación continua se convierta en un coladero. Los resultados demuestran que examinarse con el profesorado habitual resulta más fácil. De hecho ha crecido el número de aprobados del título B1 un 60%, es decir, 19 puntos porcentuales. Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, el volumen de aprobados del B1 (el nivel anterior al de usuario avanzado) ha pasado del 31% al 50% el curso pasado, el primer curso en el que se aplicó la evaluación continua. En concreto, el curso 2016-17 lograron acreditar el B1 un total de 1.763 de los 5.549 estudiantes, mientras que el curso 2017-2018 obtuvieron el mismo certificado 2.979 de los 5.881 estudiantes matriculados. Es decir, con la evaluación en el euskaltegi hubo 1.763 aprobados más.

El director de HABE niega que este inusual descenso de los suspensos se deba a un fallo en el sistema. “Evidentemente el sistema no es un coladero. El incremento del número de aprobados guarda relación directa con la sensación de comodidad y la pérdida de miedo escénico que producen los exámenes libres que se realizan en el BEC o en los locales de HABE en Donostia y Gasteiz”. Dicho esto, añade Azkue, “tenemos que alinear los criterios de evaluación de todos y cada uno de los euskaltegis. Eso es una labor que debe ser constante, hay que estar mirando los criterios de evaluación y baremación de los puntos que se utilizan”.

El máximo responsable de HABE se ha reunido esta semana con los euskaltegis para trasladarles la necesidad de plantear “distintas fórmulas” en la evaluación continua y en el examen final sumativo. Por ahora, asegura Azkue, “no hemos trasladado propuestas concretas, lo que hemos planteado es crear un grupo de trabajo cada 15 días para ir desarrollando y detallando esta fórmula”. A día de hoy, para conseguir los títulos en los niveles iniciales (A1, A2 y B1) el alumnado debe tener una asistencia mínima del 75 %, cursar un mínimo de 50 horas y superar al final del curso un examen que mide las cuatro destrezas lingüísticas: comprensión oral, comprensión escrita, producción oral y producción escrita. Estas últimas pruebas son corregidas por dos irakasles (el tutor del alumno y otro docente del euskaltegi o de otro euskaltegi). El alumno deberá demostrar en este examen final que tiene una competencia lingüística suficiente para aprobar el nivel. Si no se cumple alguno de los cuatro requisitos no podrá solicitar el titulo. Aunque si su tutor considera que tiene suficiente competencia lingüística, en el curso siguiente podrá hacer el próximo nivel. Es decir, puede aprobar el nivel, pero no puede obtener el certificado acreditativo.

Sistema de compensación Según el director de HABE, el próximo curso “todo va a seguir igual” ya que “todavía no estamos en condiciones de determinar si vamos a dar el salto a aplicar la evaluación continua en el B2 el curso que viene”. No obstante, ante la avalancha de oposiciones previstas los próximos meses, el organismo dependiente del Departamento de Cultura y Política Lingüística proyecta hacer “unos pequeños ajustes a la hora de agilizar la gestión de los certificados porque la gente requiere el B1 para presentarse al B2”.

HABE tampoco estudia introducir cambios en el sistema de compensación que desde el curso pasado permite hacer la prueba oral en los niveles B2 y C1 (EGA) a aquellas personas que se quedan a muy pocos puntos para superar las pruebas de expresión escrita. No en vano, en opinión de Azkue, “ha sido un gran acierto” porque hay muchas personas que están un poco por debajo del umbral del aprobado y “con este sistema de discriminación positiva les das una oportunidad de, superando el oral, lograr el título”. Esta compensación se ha dejado notar en el volumen de aprobados. En el B2 (usuario avanzado) el índice de personas aptas ha subido el curso pasado 8 puntos, 7,99% concretamente; y en el C1 casi un 5%, un 4,77%. “Lo que ha pasado -explica Azkue- es que mucha gente que estaba en el límite del aprobado en la parte escrita se consideraba no apto y ahora, de los que han pasado más o menos la mitad ha superado la prueba oral”. En B2 logró el título el 52% de las personas que pasaron al oral para compensar la parte escrita y en C1, el 43%.