Madrid - La violencia de género es aquella que se perpetra contra la mujer por el mero hecho de serlo, ya se manifieste en forma de acoso sexual callejero, en el trabajo, como malos tratos en el ámbito de la pareja o mediante la violación o el asesinato. Esto significa que un poco más de la mitad de la población está expuesta a vulneraciones de derechos fundamentales solo por haber nacido mujer y sin embargo, la mayoría de los ciudadanos que encuesta mensualmente el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no consideran que este sea uno de los tres primeros problemas que aquejan al Estado español.

Esta es la pregunta que lanzan los encuestadores del CIS cada mes desde 1985 y las respuestas son espontáneas, es decir, que el encuestado contesta lo que considera. Los resultados se van agrupando en función de la cantidad de gente que repite las mismas ideas y así se concluye cuáles son los tres principales problemas según los ciudadanos.

Aunque las respuestas son cíclicas y van cambiando según evoluciona la actualidad, la política y la economía -junto al terrorismo- han marcado durante una buena época el top de principales problemas. La primera vez que la violencia sobre la mujer fue mencionada entre las respuestas en un porcentaje lo suficientemente significativo como para incorporarlo a los resultados fue en septiembre del año 2000: lo había referido el 1,3% de los encuestados. Para encontrar una cifra más alta en los barómetros del CIS hay que avanzar hasta 2004, cuando culminó una campaña electoral en la que la violencia de género estuvo muy presente, con cuatro homicidios en un mismo día de febrero y la promesa del PSOE de una ley que la abordase. El 11,7% de los encuestados coincidió en que este era uno de los tres principales problemas de España y fue el quinto asunto más referido.

A finales de 2017, sin embargo, apenas un 0,2% de los encuestados citaba la violencia contra las mujeres entre los tres principales problemas. El primer delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, llama la atención sobre otro dato: el 80% de quienes sitúan la violencia machista entre los principales problemas son mujeres. “Esto, lo que nos dice es que el tema no genera suficiente rechazo y que el poco que genera es entre mujeres, muchas porque lo están sufriendo y otras porque lo conocen de cerca”, comenta.

A partir de 2004 la cifra ha ido oscilando con picos que han llegado a superar el 5% en noviembre, cuando se conmemora el Día Internacional contra la Violencia sobre la Mujer, pero nunca ha vuelto a cosechar un quórum elevado a pesar de que más de 900 mujeres y niños han sido asesinados en España desde entonces. A lo largo de 2016, por ejemplo, no se llegó al 2% y en 2017 la cifra más alta se registró en marzo con un 3,4%.

Lorente opina que es el conocimiento del fenómeno y el debate de fondo el que crea preocupación por la violencia sobre la mujer y sin él, “los acontecimientos del día a día, lo van cubriendo por el manto de los estereotipos y los mitos”, de modo que al final, “no es que la gente no sepa qué está pasando, sino que lo atribuye a causas que no son verdad y creen que es algo inevitable, un precio que hay que pagar por la liberación de la mujer”.

Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, añade que la violencia machista, como otras violaciones de derechos humanos, es “cuestión de afectación parcial”. “La gente se preocupa por lo que conoce y lo que conoce en sus consecuencias”, señala.