Bilbao - El caso del menor de 13 años presuntamente implicado en la muerte del exjugador de Amorebieta Ibon Urrengoetxea quedó ayer definitivamente archivado. Sin embargo, el juez de Menores decidió retirar la tutela de manera temporal a la familia para entregársela a la Diputación Foral de Bizkaia. De hecho, ayer, nada más salir del juzgado, el joven de 13 años fue trasladado a un piso tutelado en régimen abierto, pero bajo control. Por su parte, el otro adolescente de 16 años, detenido también por la muerte del deportista vizcaíno, ingresó en el centro Ibaiondo de Zumarraga, al que son trasladados los menores con delitos más graves.
Los dos menores declararon ayer ante el juez en presencia de sus respectivas familias y de sus abogados. Los jóvenes reconstruyeron cómo se desarrollaron los hechos la madrugada del 23 de diciembre en la calle Navarra de Bilbao. Primero declaró el joven de 16 años, quien reconoció que fue él quien agredió Urren; posteriormente, lo hizo el de 13 años. Ambos menores negaron que su intención fuera robar a Ibon -no explicaron por qué la víctima no tenía la cartera- y afirmaron que se acercaron a Urren “para pedirle el mechero y tabaco”. En su declaración, ambos coincidieron en que se inició una discusión entre Urren y el joven de 16 años. Fruto de esa trifulca, según relató ante el juez el adolescente, le asestó “una patada en la cara” que provocó al exjugador la pérdida de equilibrio y su posterior caída al suelo. El joven confesó ser el único autor de la patada, tal y como quedó recogido en los vídeos, prueba clave para la identificación y localización de ambos menores.
Los dos implicados en la muerte de Ibon Urrengoetxea explicaron al magistrado que la víctima “cayó al suelo y se golpeó la cabeza con el bordillo de la acera”, lo que le provocó su fallecimiento.
Según relató a DNA la defensa del menor de 13 años, el joven “no pudo contener las lágrimas” durante su declaración y rompió a llorar cuando recordó el momento del incidente. El joven dijo no tener ninguna implicación en la muerte del hombre y explicó que fue su amigo quien agredió al deportista mientras que él se mantuvo en un segundo plano como testigo de la discusión y de la patada.
Con Urren tendido en el suelo, los dos jóvenes, sin mirar atrás, se marcharon de lugar corriendo. Pero, en el momento de la huida, el menor de 13 años relató al juez que llegó a decirle a su amigo: “¡Qué has hecho, qué has hecho! ¡que le has matado!, refiriéndose a la virulencia con la que había golpeado a Urren en la cara. Por otro lado, el más joven de los dos implicados reconoció al juez que hasta el pasado viernes -cuando una patrulla de la Ertzaintza acudió a su domicilio- no supo nada de la gravedad de los hechos por los que era requerido por la Fiscalía de Menores. “Ni la familia ni el propio chico sabían nada sobre la muerte del vecino de Amorebieta”, argumentó el abogado de la defensa. Tampoco explicó nada de los mensajes ofensivos colgados en las redes sociales tras el incidente y que ayer circularon por diversos medios.
VIDA NORMAL Desde el 23 de diciembre hasta el pasado viernes, el joven de 13 años, según explica su letrado, continuó haciendo vida normal, “jugando y quedando con sus amigos”, ajeno a la investigación abierta por la Ertzaintza para localizar a las dos personas que habían asaltado a un hombre muy cerca de la Plaza Circular de Bilbao. De hecho, hasta el viernes no explicó a sus padres lo que había sucedido aquella noche en la capital vizcaína. “Es un chaval de 13 años que no lee ni periódicos ni ve las noticias. No sabía lo que había sucedido”, insistió la defensa.
La Ertzaintza citó al menor en calidad de testigo y el joven acudió con sus padres al Juzgado de Menores el mismo viernes, aunque no fue hasta ayer cuando relató los hechos ante el juez, quien cerró las diligencias ya que la edad del joven no le permite tener responsabilidad penal. “En el vídeo se ve claramente lo que cuenta mi defendido. No tuvo nada que ver con la muerte”, insiste el letrado.
En cuanto a la situación procesal del menor, y a pesar de que “no haya visto indicios” de que el joven tuviera participación en los hechos que motivaron el fallecimiento de Urren, según el abogado, el juez decidió ayer retirar provisionalmente la tutela a sus padres y entregársela a la Diputación vizcaína.
“El juez ha abierto un expediente de protección de menor y la Diputación realizará un análisis del menor así como de su entorno familiar”, aseguró el abogado de la defensa. Y es que el juez no ha pasado por alto el largo historial que acredita el joven, que ha sido relacionado por Ertzaintza y Policía Local con diversos robos cometidos en la zona de Indautxu por un grupo de chicos de menores a otros jóvenes. Pese a ello, la defensa explicó ayer que esta es la primera vez que el menor había sido requerido por la Fiscalía de Menores por “un caso de mayor gravedad”.
“De lo que se trata es de intentar encarrilar su conducta”, concretó el abogado. Una vez que se completen los informes psicológicos del entorno familiar, la institución foral será quien decida si ese menor está o no preparado para regresar al seno familiar. “El chaval se mostró ayer arrepentido por lo sucedido”, concluyó.