gasteiz - Así como que la existencia de un Banco de sangre no es noticia, tampoco debiera serlo la puesta en marcha de un Banco de Leche Materna que permitirá nutrir al 10% de los bebés prematuros nacidos en Euskadi, de los cuales cerca del 15% tienen al nacer un peso de 1.500 gramos.

Pero lo es, quizá en parte porque nos han hecho ver y creer que las leches maternizadas de fórmula ya cubren plenamente las necesidades nutricionales de los bebés; también en parte porque durante las últimas décadas se ha extendido la idea-fábula de que amamantar a pecho era un obstáculo a la integración, por ejemplo, laboral, de una mujer joven en el ámbito de lo público. Un obstáculo entendido como engorroso y tal vez también a juicio de muchas mujeres un tanto “demodé”.

Si a ello añadimos falsas creencias y hablillas muy extendidas “es que mi leche no alimenta a mi bebé”, “no tenía leche suficiente”, “el bebé tenía hambre todo el día”, la consecuencia ha sido el abandono mayoritario de dar el pecho, aunque esas expresiones excepto en casos contados no sean ni ciertas ni suficientes para contraindicar la lactancia materna.

Cuando se amamanta a un niño/a se le pasan nutrientes (energía, materia estructural, vitaminas, oligoelementos y enzimas), pero también contacto físico estimulante del sistema nervioso y muy especialmente una parte importante de anticuerpos que confieren inmunidad específica.

Poniéndonos en la situación de mujeres que por problemas fisiológicos no pueden amamantar o de niños en situaciones especiales, el no aporte de algunos de estos factores pueden ser decisivos en el desarrollo del niño/a. Si tenemos en cuenta que al mismo tiempo hay mujeres que cuando acaban el período de su lactancia siguen teniendo alta capacidad de producción de leche y no quieren perderla sino donarla, ya tenemos dos factores motores de un Banco de leche materna, me atrevería a decir maternal, frente a las de fórmula que podríamos llamarlas maternizadas.

falsas creencias En las últimas décadas se ha producido un retroceso constante del amamantamiento maternal hasta reducirlo de necesidad fisiológica a una decisión personal casi testimonial. Visto el dar pecho como un impedimento más para la incorporación de la mujer al ámbito público, se extendió en la sociedad la quizás idea-fábula de que no amamantar a pecho ayudaba a la liberación de la mujer, además de nutrir mejor al bebé.

La presión social, la falta de apoyo en el momento de reincorporarse al trabajo, la información sesgada y/o incompleta la introducción temprana de la leche de fórmula, son algunos de los factores que interfieren en una lactancia materna positiva. “Dar el pecho no debería doler, del mismo modo que otros procesos fisiológicos -como comer- no duelen. Falsas creencias como éstas, junto a la desinformación, la percepción de falta de leche, así como la reincorporación al trabajo de la madre, son las principales barreras de la lactancia materna”, explica Erne Unzurrunzaga, ama colaboradora de la Liga de la Leche de Euskadi, verdadera responsable impulsora de que nuestra Comunidad vaya a disponer este mismo año de un Banco de leche materna en el Hospital de Galdakao-Usansalo, desde el que dará cobertura a toda Euskadi a través de los hospitales de la red pública dotados de Unidades de Neonatología: Txagorritxu, Cruces, Basurto y Donostia.

El Banco de Leche Materna proporcionará, bajo prescripción facultativa, nutrición y tratamiento adecuados a los niños y niñas prematuros menores de 32 semanas de gestación o con un peso inferior a los 1.500 gramos, cuyas madres no puedan ofrecerles la leche necesaria o en casos concretos en los que los neonatólogos lo indiquen para bebés con enfermedad quirúrgica abdominal, cardiopatías y otras patologías de riesgo.

Actualmente en Euskadi, uno de cada 10 niños y niñas nacidos son prematuros, de ellos cerca del 15% tienen un peso inferior a los 1.500 gramos. “El Banco atenderá a estos bebés con bajo peso y a los prematuras cuyas madres no pueden amamantarlos; que tengan la posibilidad de acceder a leche materna puede significar para ellos la vida o la muerte”, sostiene Erne. “Además, al no existir estos Bancos tampoco había la posibilidad de que madres con leche sobrante pudieran donarla y es una pena que se estuviera desperdiciando”.

la liga de la leche El País Vasco es de las últimas Comunidades en poner en marcha este servicio. Aragón, Islas Baleares, Madrid, Barcelona, Galicia, Sevilla, Granada, entre otras zonas del Estado, ya disponen de este servicio. De hecho, en el Parlamento Vasco, a instancias de la Liga de la Leche, un grupo político presentó la iniciativa de creación del Banco en dos ocasiones, en 2008 y en 2013. “Al coincidir con al inicio de la crisis económica se echó para atrás. Se argumentó que no había presupuesto suficiente para ello. Por eso al leer de fuentes sanitarias que el coste de su implantación será de 70.000 euros me siento confusa. Espero que ese dato sea sesgado; suena un poco mal que por esa cantidad, el Gobierno Vasco haya tardado más de diez años en dar el visto bueno a esta prestación sanitaria”, dice esta madre voluntaria, que se sumó a la causa tras su experiencia personal.

“Mi hijo mayor Ekain nació prematuro y tuvo un inicio de la lactancia dificultoso; necesité ayuda para poder amamantar y tuve la suerte en el Hospital Donostia de encontrarme con un pediatra y una matrona que me orientaron para ponerme en contacto con la Liga de la leche, porque asumieron que Osakidetza no tenía recursos para ayudarme”, relata Erne. “Fui afortunada porque, aunque se está avanzando mucho, paradójicamente todavía la sanidad pública no dispone de muchos especialistas con verdadera experiencia en lactancia natural; en numerosas ocasiones lo que suelen hacer es trasladar las normas de la lactancia artificial a la lactancia materna, y eso no funciona”.

las matronas Consciente de ello, el consejero Darpón ha destacado el papel “fundamental que tendrán las matronas en el desarrollo del Banco, a las que Osakidetza ha pedido su colaboración para la difusión, “para animar a las madres a que sean donantes explicándoles los beneficios que pueden aportar a otros bebés”.

La leche materna sirve también de ayuda para resolver problemas transitorios de un bebé que por algún problema no puede ser alimentado por su progenitora por un periodo breve, bien porque la madre está intervenida o ingresada o porque está con algún tratamiento. Éste fue el caso de Paula Arana firme defensora de la implantación en el País Vasco del Banco de leche. “Me incomoda que la Sanidad vasca haya necesitado de un estudio exhaustivo para ver la viabilidad o no del Servicio, cuando la experiencia de otras Comunidades recomendaba su implantación sin lugar a dudas por los beneficios que aporta. De todas formas más vale tarde que nunca; estoy feliz de que por fin se implante aquí. Es un triunfo maravilloso”, dice sonriente Paula, quien pasó por una experiencia traumática por falta de información. “Por eso mismo decidí prestar todo mi apoyo para que otras mujeres no se toparán con mi situación”.

Según la OMS, la primera opción de alimentación para el bebé es la leche materna, la segunda, la leche materna donada. “El Banco d de Galdakao servirá para encauzar las donaciones que actualmente se pierden y las mujeres que deseen aportar su leche para otras madres. No sabemos cómo funcionará, pero si sigue las pautas de los existentes en otras zonas del Estado, el propio centro les facilitará los instrumentos precisos para ello y toda la información necesaria”, explica una madre colaboradora.

Aunque no estemos acostumbrados, la fórmula de donación de leche materna era la común hasta hace un par de generaciones, hasta que la potente industria alimenticia arrasó con el amamantamiento. “Desmanteló el conocimiento vivencial que la generación anterior tenía y sin el cual la humanidad no hubiera llegado hasta donde está hoy día. Porque hay que recordar durante millones de años se vivió sin botes de polvos de leche”, apostilla Erne, quien apuesta por desmontar los falsos mitos instalados en la sociedad sobre la lactancia materna para volver a generar la cultura de que las mujeres puedan enfrentarse a ella, si así lo deciden, con tranquilidad. Sin duda siguiendo esta idea, la OMS recomienda la creación de grupos de ayuda a la lactancia materna que den información y apoyo a las madres interesadas.

En esta línea trabaja desde hace 30 años en Euskadi la Liga de la Leche. Porque una madre con apoyo y bien informada disfruta de la experiencia al no tener que dedicar su tiempo adicional a preparar y esterilizar biberones y controlar sus dosis y horario y además puede prolongar el amamantamiento en el tiempo. “La lactancia debe ser satisfactoria. Se me parte el alma cuando sé de mujeres que han sufrido de forma innecesaria; bien asesoradas no hubieran pasado por el proceso de no dar pecho si así lo deseaban”, remacha Erne.