Bilbao - Piden conocer para poder decidir. Y para eso es necesario investigar previamente. Quieren contar con información detallada de todo cuanto rodee a un proyecto para la extracción no convencional de gas. Y para eso es obligatorio cumplir las legislaciones y recomendaciones existentes en materia de hidrocarburos y protección ambiental. Por eso, las voces expertas que ayer comparecieron en el Parlamento Vasco para ofrecer su valoración sobre el fracking insistieron en la necesidad de establecer unas líneas rojas sobre una actividad que amontona tantas opiniones a favor como en contra.
Así lo constataron Iñaki Arrate, responsable de Planificación Hidrológica de URA -la Agencia Vasca del Agua- y Juan Cruz Vicuña, -exdirector de SHESA, la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi-, quienes ilustraron y repasaron durante más de dos horas el sinfín de particularidades e hipótesis sociales, económicas y ambientales asociadas a esta actividad. Así, a juicio de Arrate, es indudable que cualquier proceso para extraer gas “entraña riesgos y puede afectar a la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, como otras actividades sectoriales que también suponen una presión sobre el medio acuático”.
Sin embargo, cada solicitud, cada sondeo, cada pozo, debería ser analizada por separado para saber si el riesgo es asumible. Y hacerlo siempre en base a un informe técnico pormenorizado que permitiría a los organismos competentes tomar una decisión sobre los peligros de esa práctica. “Sería muy deseable, necesario incluso, que las administraciones tuvieran toda la información sobre los avances reales de los proyectos”, insistió el responsable de Planificación Hidrológica de URA. La entubación del pozo, la cimentación, unas líneas bases para poder determinar la posibilidad de una sismicidad inducida,... serían algunas de esas cuestiones a fijar. Precisamente este último punto representaría un “problema remoto” calificó Vicuña, quien apostó por no descartar la fractura hidráulica sin antes conocer e investigar. Asimismo, manifestó que las multinacionales están considerando seriamente esta estrategia energética y ya son varios los países que la están desarrollando: Estados Unidos, Reino Unido, China, Dinamarca, Suecia, Australia,...
“He visto explotaciones [de fractura hidráulica] y les aseguro que hay otras muchas actividades en nuestro entorno que no me gustaría tener en mi entorno. Eso sí, me aseguraría de que quien esté detrás del proyecto sea serio; y para eso está la Administración”, zanjó. - J.F.
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Millones de euros es la cantidad que costaría a las arcas públicas la explotación de un pozo.
Tres casos. Hace décadas en el entorno de Gasteiz se contaminó un acuífero; en Apodaka, una mala entubación provocó que los lodos acabaran en un manantial; y otro más vierte decenas de litros por segundo por un mal acabado.