vitoria. El cultivo legal de opio se abre paso en Álava frente a productos agrícolas sometidos a la especulación de precios como la patata, el cereal y la remolacha, lo que ha llevado a que las hectáreas dedicadas a adormidera hayan aumentado un 200% desde 2009. Los precios de la patata, la remolacha y el cereal están sujetos a la especulación del mercado, en cambio, la adormidera tiene un precio "estable", cerrado entre el agricultor y la compañía farmacéutica que la compra, lo que hace de este cultivo una alternativa muy interesante. De la adormidera se extrae el opio con el que se obtiene la heroína, pero también la morfina y la codeína, sustancias con las que se fabrican medicamentos para aliviar el dolor como los analgésicos, entre otros fármacos. Además, sus semillas también se usan en la cocina por su contenido en vitaminas y para decorar en repostería.

En España la única empresa autorizada por el Ministerio de Sanidad para extraer los alcaloides de la papaver somniferum, nombre científico de la planta, es Alcaliber. Esta compañía de productos químicos y farmacéuticos provee a los agricultores de las semillas y controla también su recolección. El interés por cultivar esta adormidera es alto pero Alcaliber sólo elige a agricultores "líderes" con maquinaria de última tecnología y con una superficie cultivable importante, ya que la firma quiere garantizarse una rentabilidad, según explican a Efe fuentes del equipo técnico de la cooperativa agraria Garlan. Su introducción en Álava no es vista como una amenaza para la patata, el cereal o la remolacha, cultivos con siglos de historia, ya que "no son incompatibles", ha reconocido el diputado foral de Agricultura, Borja Monje.

Garlan, que representa a 600 agricultores del territorio, considera que el opio representa una alternativa a los cultivos tradicionales, sujetos a oscilaciones en sus precios, y supone una opción para rotar y hacer más productivas las fincas. En cuanto a su rentabilidad, desde la cooperativa explican que a la amapola se están pasando agricultores que dejan de cultivar patata y remolacha por su baja rentabilidad. "El mercado de los productos agrícolas tradicionales es como la bolsa, especulación pura y dura, y hay años en los que la rentabilidad del cereal ha estado por los suelos", apuntan. Ésa podría ser la razón por la que las hectáreas dedicadas a adormidera han aumentado un 200% en los últimos tres años en Álava. Según Monje, en 2009 se plantearon tres solicitudes ante la Diputación alavesa para sembrar 26,46 hectáreas de adormidera, en 2011 esta cifra se incrementó a 58,15 y en 2012 a 79,26 hectáreas. Aunque la declaración de cosecha de 2013 todavía no ha terminado, la Diputación estima que este año se volverán a incrementar.

Los municipios que han roto una lanza a favor del cultivo de opio son Vitoria, Armiñón, Berantevilla, Iruña Oka, Ribera Baja y Zambrana, colindantes con Burgos. Además, en Trebiño las hectáreas dedicadas a la adormidera son aún mayores y rondan las 200. No es un cultivo especialmente delicado, aunque como el resto, tiene sus particularidades. Al pertenecer a la familia de la amapola, una flor silvestre, el control de las malas hierbas requiere de productos que las eliminen sin afectar a la adormidera. Garlan suministra a los agricultores los fertilizantes necesarios, que tienen que ser libres de metales pesados, así como los fitosanitarios adecuados. A la hora de recolectarla, en junio o julio, son unos pocos agricultores seleccionados por la empresa farmacéutica los que se ocupan de llevar a cabo este proceso y lo hacen por zonas con unas cosechadoras especiales y con unos protocolos establecidos. La siembra se lleva a cabo en febrero o marzo para que no se contamine de amapola silvestre. Sólo en este tipo de fincas es posible ver patrullas de la Ertzaintza vigilando para evitar hurtos o asaltos, aunque la variedad que se cultiva requiere de un procesamiento industrial para poder extraer el opio. El color violeta de esta amapola irrumpirá en los campos alaveses hacia el mes de mayo. Ahora, la planta lucha por brotar de la tierra tras un invierno y una primavera demasiado generosos en agua.