Vitoria. la majestuosa presencia de los equinos en la XVII Exhibición del Caballo de las Estribaciones del Gorbea volvió a congregar ayer a cientos de personas. La entrada del verano dejó un día soleado y algo caluroso, por lo que los visitantes disfrutaron en Ondategi de una jornada agradable para contemplar bajo la sombra, entre otros, a los mejores ejemplares de la raza equina inequívocamente alavesa como es el caballo de monte.

La cita fue un año más en las campas de Sarragoa. El lugar se convirtió en un improvisado hipódromo donde además de expositores de equinos, también pudieron verse muestras de ganado vacuno, ovino y caprino, para disfrute tanto de mayores como de pequeños, aunque fueron estos últimos los que más gozaron ante la presencia de tanto animal. Los más afortunados incluso tuvieron la oportunidad de subirse a alguno de los dóciles ponis.

El programa de actividades arrancó con el tradicional concurso de salto de obstáculos, donde los jinetes dieron una demostración de su dominio a los lomos de un caballo. A diferencia de las glamurosas carreras de Ascott, en este evento no se vieron ni espectaculares pamelas ni tampoco grandes sumas de dinero en juego, todo lo contrario. La feria que se celebra a las faldas de Gorbea conserva su sabor más autóctono, y es por eso que gusta tanto, hasta el punto de que el último domingo de junio es ya una fecha marcada en rojo en el calendario para muchos alaveses que optan por acercarse hasta esta localidad.

A continuación se dio paso a la exhibición de horseball, un juego que consiste en encestar balones en un aro de acero subido al animal. Es decir, una especie de baloncesto a caballo. Los jinetes y sus monturas se removían inquietos en la campo de juego habilitado al efecto, donde lanzaban sus primeras carreras y miraban desafiantes a los aros contrarios. Los equipos participantes llevaron el choque más allá de lo amistoso y dieron un buen espectáculo, con bloqueos más propios del rugby que de cualquier otro deporte. Fue, sin duda alguna, la cita más espectacular de la jornada.

Pero no la única. Como no podía ser de otra manera, el programa de actividades se completó con herri kirolak y con la exhibición del levantador de piedras de Leiza Josetxo Urrutia, que con su reto volvió a dejar asombrados a todos los que se acercaron ayer hasta la feria. Ya por la tarde, fue el turno para la pelota. El frontón Bengolarra acogió el partido de pala masculino entre Tomás Lacalle y Eneko Martínez, y a continuación se disputó la final femenina de la Selección de Euskadi.

carne de potro Los más pequeños, por su parte, pudieron desahogar sus energías en los hinchables instalados en el recinto, mientras los mayores se dejaron seducir por la exposición de artesanía y trilladoras en miniatura. Como en ediciones anteriores, también hubo danzas vascas. Pero, por supuesto, no todo fue un placer para la vista y el tacto. Un año más, se tuvo en cuenta el disfrute gastronómico con una jugosa degustación de carne de potro, a cargo de Boilur, la Federación de Sociedades Gastronómicas de Álava, que hizo las delicias de los comensales reunidos. Los cocineros prepararon en enormes cazuelas un guisado que, regado con un buen vaso de vino o de txakoli, dejó a todos un buen sabor de boca.

De hecho, la cita sirvió un año más para reivindicar la presencia en las carnicerías de este tipo de carne, que a pesar de que tiene cada vez más adeptos no termina de encontrar su hueco en las cocinas alavesas. Se calcula que sólo el 10% las consume, aunque sus defensores insisten en que se trata de un producto con menos grasa que la de ternera, y que tiene un precio similar.