Vitoria. Una concentración multicolor y henchida de orgullo recorrió ayer Vitoria con la misión de solicitar el cumplimiento de un derecho tan lógico como poco aplicado: el que otorga a toda persona el beneficio de ser tratada de manera igualitaria con independencia de su condición sexual. Un centenar largo de ciudadanos convirtió las calles en el escaparate de una reivindicación que ya se ha ganado por derecho propio su espacio en el día a día, pero que aún se da de bruces con la intolerancia de algunos y con escollos legales. Ayer, los colectivos gasteiztarras Pikarrai y 7menos20 celebraron el Día Internacional de la Lucha BolloMarikaTrans, con el que quisieron romper con el arquetipo del "gay blanco que sólo es aceptado por su capacidad adquisitiva". Subrayaron la necesidad de "hacer ver realidades como la de los transexuales a los que se quiere patologizar, bolleras ajenas a los modelos de belleza heterosexuales, maricones viejos y niños, lesbianas sadomasoquistas, locazas pasivas, camioneras con bigote...".

En el Día del Orgullo Gay, la sociedad alavesa fue nuevamente testigo de un acto que se celebra desde hace más de cuatro décadas. El inicio de la liberación homosexual dio comienzo el 28 de junio de 1969 en Nueva York con los disturbios de Stonewall. La comunidad LGTB se hartó aquel día de sufrir el acoso de las fuerzas policiales que actuaban en connivencia con el poder político y arrancó su propia revolución desde el Stonewall Inn, un establecimiento frecuentado por homosexuales, drag queens y transexuales. Un año después de que aquel grupo plantase cara a los agentes, se celebraron las primeras marchas del orgullo gay. Los 5.750 kilómetros que separan Nueva York de Vitoria quedaron ayer reducidos a la nada.

En su manifiesto, los colectivos locales mostraron su faceta más reivindicativa. "No nos vendemos, no aceptamos vuestras normas disfrazadas de normalidad, de pluralidad, de igualdad que queréis vendernos. No nos las creemos", señalaron. Aseguraron que, aunque los avances han sido numerosos, "no vamos a caer en la trampa de pensar que todo está hecho". Como siempre, la cara más políticamente incorrecta llegó al corearse los eslóganes. "Las bolleras de Vitoria están hartas de aguantar a tanta familia facha y al Partido Popular", "el eje del mal es heterosexual", "la familia nuclear es radioactiva" o "a ese municipal -en alusión a los agentes que les escoltaban en motocicleta- le gusta el sexo anal", fueron algunas de las consignas que se escucharon durante la marcha.

La cita de ayer tuvo lugar horas después que, desde la misma Vitoria, el Ararteko realizara una declaración institucional en la que apostó por combatir la discriminación sexual a través de políticas públicas activas. Pese a los avances experimentados en materia de derechos civiles de gays lesbianas, transexuales y bisexuales, la Defensoría lamentó la subsistencia de "situaciones de discriminación y violación de los derechos humanos que tienen por causa la diferente orientación sexual o identidad de género".

También el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, aprovechó la jornada del lunes para defender el matrimonio homosexual y la Diputación Foral de Álava presentó, el mismo día, su campaña de apoyo al colectivo LGTB.