Vitoria. El Casco Viejo de la capital alavesa fue escenario en la tarde de ayer de un suceso trágico, que paralizó durante algo más de dos horas la intensa actividad de la céntrica calle Correría. Un hombre de 51 años falleció después de inhalar altas dosis de monóxido de carbono mientras trabajaba en la lonja ubicada en su número 32, que durante años acogió un negocio de antigüedades y se encontraba en pleno proceso de acondicionamiento. El nocivo gas que acabó con la vida del trabajador casi de forma fulminante procedió, según los primeros indicios, de un generador de gasolina conectado a una máquina de agua a presión con la que limpiaba el local. La mala ventilación del bajo hizo el resto. La investigación, a pesar de la contundencia de las pesquisas, sigue abierta "tanto desde el punto de vista policial como laboral", según certificó el director municipal de Seguridad Ciudadana, Iñaki Inoriza.

Los hechos se precipitaron a media tarde, alrededor de las 17.30 horas. Dos vecinas de uno de los pisos superiores, alertadas por el fuerte olor a humo que ascendía desde la calle, abandonaron su casa, bajaron apresuradamente y, tras acceder al local, comprobaron que el hombre ya se encontraba inconsciente.

Con la ayuda de un viandante lo sacaron al exterior e intentaron reanimarlo, al tiempo que avisaban a los servicios de urgencia. En escasos minutos se presentaron en la zona varias dotaciones de los Bomberos, la Policía Municipal y la Ertzaintza, así como una ambulancia de Osakidetza. A pesar de los esfuerzos, los sanitarios únicamente pudieron certificar la muerte del hombre, pasadas las 18.00 horas.

Un doble cordón policial selló los aledaños de la lonja debido a las altas concentraciones de monóxido de carbono detectadas por los Bomberos, que accedieron al local provistos con mascarillas. Además, fueron evacuados todos los vecinos de los números 32 y 34 que se encontraban en sus domicilios. En total, seis pisos, en algunos de los cuales los Bomberos realizaron mediciones de gas, debieron ser desalojados por precaución. Tras el levantamiento del cadáver por parte del juez, los servicios funerarios trasladaron el cuerpo al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. La calle se reabrió por completo a las 19.40 horas.

Efectivos policiales y técnicos de Osalan permanecieron en el lugar de los hechos hasta primeras horas de las noche para recabar nuevos datos para la investigación.