Vitoria. Las lesiones sufridas por un menor de 13 años en el centro foral de acogida Ibaia, ubicado en Ariznabarra, traspasarán en las próximas semanas las puertas de las Juntas Generales de Álava. La diputada de Asuntos Sociales, Covadonga Solaguren, comparecerá ante los grupos de la Cámara para dar explicaciones sobre los pormenores de este suceso acaecido el pasado viernes y adelantado ayer por este diario, que concluyó con el joven atendido en el servicio de Urgencias del Hospital de Txagorritxu y su madre interponiendo una denuncia en la comisaría de la Ertzaintza.
Según confirmaron fuentes de la Diputación, la comparecencia de carácter "urgente" ha sido solicitada por la propia diputada jeltzale, quien expondrá su versión del caso a puerta cerrada. Esto se debe, según puntualizaron los mismos medios, a que constituye un asunto "delicado" y a que existe una recomendación del Ararteko para seguir este procedimiento en casos de estas características.
El relato de los hechos realizado en comisaría por L.F., la madre del menor, arranca alrededor de las 21.00 horas del viernes 17, cuando acudía a acompañarlo a la vivienda situada en la calle Castillo de Bernedo, tras pasar la tarde con él.
El joven, que responde a las iniciales C.G.F., reside en el centro desde el mes de agosto debido a que la Diputación ostenta su tutela, aunque anteriormente ha estado acogido en otros pisos también dependientes del ente foral.
Al parecer, y según consta en la denuncia, cuando la madre se disponía a abandonar el edificio después de dejar a su hijo -sobre las 21.30 horas-, escuchó varios golpes procedentes de la primera planta del centro, donde se encontraba el menor. Según matizó la mujer posteriormente en declaraciones a DNA, el chaval quería volver a bajar a la planta baja para despedirse de ella y, en ese momento, comenzó un forcejeo con uno de los monitores del centro.
A continuación, tal y como refleja el atestado policial, escuchó a su hijo "llorar y gritar", textualmente, "no me toquéis, dejadme en paz". Entonces, uno de los monitores del centro comentó a la denunciante que el niño "se había alterado" porque quería regresar a la planta baja y no se lo permitían.
aviso a la ertzaintza La denunciante, en ese momento, "insistió en que quería ver a su hijo porque le seguía oyendo gritar". Finalmente, el menor bajó a la planta baja -recoge la denuncia- y su madre observó que tenía el cuello y la cara "marcados", por lo que decidió poner estos hechos en conocimiento de la Ertzaintza, que se personó en el centro Ibaia minutos después.
La mujer acudió posteriormente con su hijo, tras pedir permiso al responsable del centro, al servicio de Urgencias de Txagorritxu, donde C.G.F. fue explorado y se redactó el pertinente parte de lesiones.
Después, interpuso la denuncia en la comisaría, donde adjuntó el informe del pediatra. Éste recoge la presencia de "equimosis -comúnmente, lo que se conoce por moratones- en la hemicara izquierda y en la zona retroauricular derecha", próxima al cuello, así como "dos edemas en el cuero cabelludo".