El PNV ha exprimido al máximo la intervención de Aitor Esteban en el pleno del Congreso de los Diputados. El jeltzale ha pedido al Gobierno español que aumente la potencia de la red eléctrica para que la industria tenga el suministro necesario para funcionar, sobre todo la que surja en el futuro con la descarbonización, que necesita mucha energía. Esteban puso en evidencia que se ha denegado la solicitud de cientos de industrias y se han rechazado 6.000 megavatios. Cuantificó los empleos que están en peligro en un total de 34.000 solo en Euskadi. En plena campaña para las elecciones europeas del 9 de junio, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, lo ha presentado este miércoles como un ejemplo de la forma de hacer política del PNV, una política centrada “en las cosas de comer y los problemas de la gente”, mientras PP y PSOE centraron la sesión en seguir estirando el chicle de la situación de la mujer de Pedro Sánchez, en un debate que no fue productivo. La cabeza de lista jeltzale y líder de la coalición Ceus, Oihane Agirregoitia, remató el mensaje apostando por una industria y una alimentación “made in Europe”, sin quedar a merced de Estados Unidos y China; y pidió activar el fondo para la soberanía europea, reservando un porcentaje para invertir en pymes.

La industria es el principal motor económico de Euskadi y el PNV espera que lo siga siendo con una reindustrialización para adaptarse a los sectores del futuro, como la digitalización, porque los puestos de trabajo están bien remunerados. En un mitin en Amurrio, Ortuzar aseguró que, mientras escuchaba la radio, conectaron con la sesión del Congreso de los Diputados y “justo se acababa el eterno rifirrafe entre Sánchez y Feijóo: uno hablando del fango, el otro de la mujer del presidente… y, de repente, le ha tocado el turno a Aitor Esteban, formulando la pregunta semanal que nos tocaba, y ha comenzado a hablar de la capacidad de las líneas eléctricas en Euskadi, mejor dicho, de la grave incapacidad para traer suficiente energía verde a nuestro país. Ha sido un choque brutal entre la política espectáculo, entre la política del show que no sirve para nada, y la política de las cosas de comer, la política real que piensa en la gente. Ellos al fango y a las sempiternas acusaciones de corruptelas; nosotras y nosotros, a los problemas de la gente”, dijo.

Dardo al PP por el TAV

Ortuzar también lanzó un reproche específico al PP por haber culpado al PNV de los retrasos en las obras del tren de alta velocidad, unos retrasos que, en todo caso, serían imputables al Gobierno español, que es quien ha tenido la competencia durante todas estas décadas. “El candidato Javier Zarzalejos tuvo el tupé de venir desde Madrid a Donostia para criticarnos. Como si la responsabilidad de que esto sea así fuera del PNV o de las instituciones vascas... El TAV, todo el mundo lo sabe, es una competencia del Gobierno del Estado. ¿Quién ha estado en los últimos 25-30 años al frente del Gobierno del Estado? 14 años y medio el PP, y 13 años y medio los socialistas. Por cierto, Zarzalejos no puede ampararse en la excusa de la ignorancia porque más de la mitad de ese tiempo, ocho años, él fue mano derecha de Aznar en el Gobierno español. Seguramente, de todos los gobiernos, el que menos hizo por que el TAV llegara a Euskadi. Son unos caraduras. Y no se merecen ni un voto vasco”, lanzó. Ortuzar añadió que los socialistas no han mostrado un nivel de dedicación mucho mayor y que los avances que se han logrado son atribuibles al “tesón” del PNV y sus negociaciones presupuestarias.

Industria y digitalización ética

Agirregoitia, por su parte, aseguró que Euskadi es primer sector pero también “industria” y, en ese punto, reivindicó a la comunidad autónoma como “polo de excelencia”. Apostó por fortalecer la formación en ciencias Steam y crear empleos de calidad “poniendo a las mujeres y la juventud en el centro”. Defendió la soberanía estratégica para que Europa no tenga una posición de subordinación con respecto a Pekin y Washington, una autonomía que extendió a los alimentos o las materias primas y la energía. Lo resumió con la consigna “made in Europe”, y puso sobre la mesa su apuesta por “activar y fortalecer el fondo para la soberanía europea, reservando además un porcentaje de las posibles inversiones para las pymes”.

Defendió una digitalización ética que garantice los derechos de las personas. En ese sentido, apostó por proteger la identidad digital de cada cual “frente a quienes quieran usarla en beneficio propio”. “Vamos a impulsar un gobierno y uso ético de los datos, que garantice los derechos de las personas y evite que se reproduzcan en el mundo digital y en los algoritmos los sesgos contra los que venimos trabajando en el mundo físico", avanzó.

Por otro lado, avisó de que este jueves es el último día para pedir el voto por correo por si aún queda alguien despistado, y volvió a advertir de la importancia que tendría esta cita para el futuro de las personas. La candidata Rakel Molina, por su parte, recalcó la apuesta por la Europa verde y digital, ensalzando a Euskadi como ejemplo de solidaridad, de democracia, y de diversidad. Ella puso la nota de color al asegurar que, cuando alguien vaya a un bar y le pregunten qué quiere tomar, debe responder que quiere “tomar la decisión de votar al PNV” y que, cuando vaya al médico y le pregunte qué le pasa, responda que tiene unas “ganas locas” de votar.