Ante el riesgo de que su plante al presidente de Ucrania en el Congreso de los Diputados se interprete como una señal de equidistancia, tibieza o simpatía en el peor de los casos ante la Rusia de Putin, la coalición Ahora Repúblicas ha tratado este miércoles de quitar hierro y matizar su ausencia en la recepción que se le tributó a Volodimir Zelenski el pasado lunes. Lo hizo, en cualquier caso, con un argumento inexacto que no se corresponde con lo que realmente sucedió. Diana Riba, la cabeza de lista de la coalición europea que agrupa a tres de los partidos que protagonizaron el plante (ERC, EH Bildu y BNG), se justificó en que la agenda de Zelenski era consecuencia de “un acto del Gobierno” de Pedro Sánchez. Es cierto que Zelenski viajó al Estado español para firmar un acuerdo con Sánchez que reforzará las capacidades militares de Ucrania, pero la recepción a la que no acudieron EH Bildu, ERC, BNG y Podemos era una recepción del Congreso y las Cortes estatales en general: estuvieron los presidentes del Congreso y el Senado, Zelenski firmó en el Libro de Honor, y estrechó las manos de los diputados presentes, entre ellos, el jeltzale Aitor Esteban.
¿Y dónde queda ahora la crítica al aumento del gasto militar que formulaban estos partidos con el argumento de que puede servir para una escalada del conflicto y para provocar recortes en educación o sanidad? Riba ni lo mencionó en la respuesta a la pregunta que le formularon en un desayuno informativo del Fórum Europa. La versión en este asunto comienza a ser un tanto errática y no muy unánime. De hecho, el lunes se llegaron a esgrimir razones de agenda desde algunos ámbitos, aunque la lectura de los medios de comunicación, incluso de los más afines a la izquierda, fue que se trataba de un plante.
En el desayuno del Fórum Europa, a Riba le preguntaron por las razones del “boicot” de Ahora Repúblicas (se incluía literalmente esta expresión en la pregunta), y si la razón se debía a una hipotética simpatía de estos grupos hacia Rusia o la antigua Unión Soviética. “La respuesta claramente es no. Diría desde aquí, y tengo delante a los compañeros del Congreso [estaba Oskar Matute entre el público] y por lo tanto les dejaría el micro, pero diría desde aquí que no fue un boicot a Zelenski. Catalunya y nuestros partidos siempre han estado al lado de Ucrania, pero la noticia fue decisión del Gobierno y no del Congreso. Decidieron no acudir a esta reunión porque era una reunión y acto del Gobierno”, sostuvo.
El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, había pedido a EH Bildu que aclarase si está con Putin o con Zelenski. La coalición abertzale rechazó tras el estallido de la guerra la invasión de Ucrania, pero sus críticas posteriores al gasto militar y su plante a Zelenski han dado pábulo a que el PNV ponga en duda su compromiso, sobre todo, teniendo en cuenta las distintas sensibilidades que anidan en la izquierda abertzale, o incluso los grupúsculos que se han desmarcado ya de su oficialidad y que mantienen posiciones antieuropeas.
Las maniobras en Bardenas... y el derecho a la defensa de Ucrania
Pero el fervor electoral con el que Bildu critica a la OTAN y la inversión militar en el continente está generando tensiones en el debate público. Aunque tenga poco que ver y sea un problema preexistente, la coalición trata de hilar esta cuestión con el descontento social en Nafarroa por las maniobras militares en las Bardenas. Este mismo miércoles, Bel Pozueta preguntaba a la ministra de Defensa por las pruebas de tiro en el polígono, por el molesto ruido que provocan. El martes, Jon Iñarritu mostraba una posición más comedida hacia el gasto militar en Ucrania y admitía que el “derecho a la legítima defensa del pueblo ucraniano es obvio”, si bien añadía que hay que intentar una solución diplomática porque el resto, a su juicio, alimentará un conflicto que puede tener derivadas nucleares a nivel mundial. El jeltzale Aitor Esteban insistía en el “derecho a la defensa, como nos gustaría tener a nosotros”.