La maquinaria de los partidos se está poniendo poco a poco en marcha mirando a los comicios de 2023. La sorpresa ha saltado en el PSE de cara a Donostia.

¿Qué le parece el paso adoptado por Odón Elorza de postularse como candidato a la Alcaldía del Ayuntamiento de Donostia?

Pleno respeto, las primarias son un mecanismo que hay que prestigiar entre todos llevándolo a cabo con la mayor elegancia posible para que lo que predominen sean los contenidos. Será muy interesante ver cómo el proyecto socialista sale fortalecido de un debate interno en el que tanto Marisol Garmendia como Odón Elorza plantearán qué es lo que debe afrontar la ciudad en los próximos cuatro años. En ese sentido, me parece un ejercicio saludable.

¿A qué candidato apoya?

El proceso ni siquiera ha comenzado y como miembro de la ejecutiva del partido en Euskadi creo que debo mantener un respeto a los plazos que se van a aprobar. Entonces iremos viendo las propuestas de cada cual y planteándonos los apoyos.

¿Es Elorza un ejemplo de “política vintage”, como afirmó la aspirante oficialista?

Aspiro a que las elecciones primarias, allá donde se produzcan, se lleven a cabo con elegancia y con contenidos programáticos. Y sobre todo que sea un debate de ideas, preferiría que los calificativos personales quedaran a un lado porque se trata de que se expongan las posiciones más lúcidas y más acertadas para este tiempo que se abre en la ciudad de San Sebastián.

¿Es posible que usted mismo concurra como candidato a las municipales y forales de mayo?

Yo estoy cómodo, a gusto y muy motivado como delegado del Gobierno, tengo mucha tarea y no tengo en mente nada semejante.

El nuevo líder del PSE, Eneko Andueza, no ha dudado en marcar perfil propio en la alianza con el PNV. ¿En qué términos tiene que discurrir la coalición?

El propio Eneko ha insistido en que esa es una fórmula que desde luego no está descartada y que, en la medida en que está dando frutos en favor del bienestar de la sociedad vasca, será valorada.

Los dos partidos lo contemplan como una apuesta de futuro.

En primer lugar se tienen que celebrar las elecciones. El PSE tiene liderazgos locales fuertes y aspira a revalidar sus alcaldías y a sacar el mejor resultado posible en las juntas generales de los tres territorios para poder condicionar, como lo ha venido haciendo hasta ahora, políticas de progreso y de pacto. Que no nos despisten de las prioridades sociales y económicas de este país y que, por tanto, no se desvíen hacia posiciones de corte más nacionalista y soberanista.

El traslado de presos de ETA a Euskadi está cerca de culminar y le va tocando el turno a los reclusos más simbólicos, como se ha visto con ‘Txapote’ y Parot.

La dispersión fue una política antiterrorista porque se entendía que contribuía a una reflexión individual de los presos de ETA para que fuesen dando pasos de cara a abandonar la banda. Por fortuna, hace más de diez años que la actividad terrorista terminó y por tanto lo que toca ahora es aplicar la ley penitenciaria. Sin menoscabo de que cumplan íntegramente sus penas porque de lo que estamos hablando es de que vean un cielo distinto cuando salen al patio, pero van a cumplir sus penas.

La transferencia de prisiones a Euskadi cumplirá un año el 1 de octubre. El acercamiento de presos, ¿es una prueba de la confianza que el Estado ha depositado en las instituciones vascas?

Tenemos plena confianza en la gestión que el Gobierno Vasco está haciendo de las instituciones penitenciarias. Heredaron tres cárceles muy bien gestionadas y muy avanzadas en su visión de la justicia restaurativa, que pone el acento en la capacidad de rehabilitación del preso más que en la parte punitiva, y pensamos que ha continuado con las políticas que se venían aplicando.