- Andalucía dio un auténtico vuelco electoral en diciembre de 2018 cuando, en unas elecciones anticipadas convocadas por una Susana Díaz que se las prometía muy felices a tenor de las encuestas, la derecha y la ultraderecha dieron la sorpresa y sumando fuerzas consiguieron desbancar por primera vez en la historia al PSOE del Gobierno autonómico.

Han pasado tres años y medio y ahora es el popular Juanma Moreno quien ha adelantado medio años los comicios para tratar de sacar rédito a los pronósticos que le otorgan un excelente resultado que situaría al PP cerca de la mayoría absoluta y con muchas opciones de reeditar su estancia en San Telmo.

Hacia ese escenario apunta el barómetro del CIS publicado ayer, que otorga una horquilla de entre 47 y 49 escaños a los populares, que hasta ahora únicamente ostentaban 26 asientos en el Parlamento autonómico, y pronostica también un batacazo de proporciones descomunales para la izquierda.

Anoche comenzó la campaña con la tradicional pegada de carteles y todos los partidos están ya inmersos en sus cábalas de cara al día siguiente del 19-J y a la correlación de fuerzas que arrojen las urnas.

El principal problema para Juanma Moreno en esta convocatoria electoral es que con casi total seguridad se verá obligado a cambiar de socios en su Ejecutivo, ya que las cuentas no le dan con un Ciudadanos que está en plena decadencia y al borde de la extinción, al igual que le ha ocurrido en el resto del Estado. Así, los de Juan Marín, que han sido socios fieles de Moreno en un Gobierno engrasado durante esta legislatura, podrían perder casi todos sus escaños y quedarse con una representación testimonial.

Todo ello en favor de Vox que, según todas las encuestas, crecerá sobremanera espoleado por el tirón de Macarena Olona, uno de los perfiles más duros del espectro ultra. Y esto supone un constante dolor de cabeza para un PP andaluz que, al contrario que el de otros territorios como Madrid, ha exhibido moderación en el fondo y en las formas y busca el centro para atraer a antiguos votantes socialistas.

Así las cosas, la peor pesadilla para Juanma Moreno sería tener que integrar a la extrema derecha en su próximo Gobierno, pero los números son tenaces y sugieren que el presidente andaluz puede verse abocado a dicho escenario. O a la repetición electoral, en su defecto.

En cualquier caso, el PP tratará de buscar un pacto de investidura con Vox que no conlleve la integración en el Gobierno, pero es una realidad que la ultraderecha está crecida y atendiendo a los discursos de Macarena Olona y Santiago Abascal, todo apunta a que no se conformarán con un apoyo externo al nuevo Ejecutivo de Moreno. Tal y como ocurrió en Castilla y León, los de Abascal quieren entrar en el Gobierno de las instituciones, y Andalucía no es caza menor.

Otra opción que se baraja en caso de que Moreno dependa de Vox es una abstención táctica de los grupos de la izquierda que permita al PP gobernar en solitario y aleje al fantasma de la ultraderecha de la comunidad autónoma más poblada del Estado español. Pero por el momento ni Juan Espadas (PSOE) ni Inmaculada Nieto (Por Andalucía) han abierto la puerta a un movimiento de estas características, que supondría todo un terremoto en la política estatal.

Si Juanma Moreno es el rival a batir en estos comicios, su principal competidor en la carrera electoral es el socialista Juan Espadas, aunque cuenta con escasas opciones de dar la sorpresa y recuperar la Junta.

Este exalcalde de Sevilla tiene eso sí el respaldo total de Pedro Sánchez -que ha sido su principal valedor-, pero también el hándicap de ser una cara poco conocida a nivel regional y de carecer de pegada en sus intervenciones, a pesar de que cuenta con una dilatada experiencia institucional. Ninguna encuesta prevé que Espadas pueda levantar el vuelo y se sitúa en niveles similares de apoyo a los que obtuvo Susana Díaz en 2018.

Andalucía es una comunidad con un gran peso tradicional de la izquierda, no solo del PSOE, sino también de Izquierda Unida y el PCE. Este espacio sin embargo aparece ahora fracturado en numerosas piezas debido a las incontables escisiones desde que la irrupción de Podemos volteó el tablero.

La izquierda ha mostrado un carácter cainita en Andalucía y se ha encontrado con una sopa de siglas entre morados, postcomunistas, errejonistas, andalucistas y anticapitalistas. Buena parte de ellos consiguieron ponerse de acuerdo in extremis en una sola candidatura -Por Andalucía- liderada por Inmaculada Nieto (IU), pero cuya puesta de largo quedó empañada por la no inclusión de Podemos al no llegar a tiempo al registro.

Quien se ha quedado fuera y concurre por libre a los comicios es la exlíder de Podemos en la Comunidad, Teresa Rodríguez, totalmente distanciada y enfrentada a su antiguo partido, y que ha puesto en marcha un nuevo experimento de obediencia andaluza bajo el paraguas de Adelante Andalucía. Las encuestas pronostican que podría entrar en el Parlamento y restar votos a sus antiguos compañeros ahora agrupados en Por Andalucía.

Ayer se publicó el más relevante de dichos sondeos, el del CIS, que no recoge excesivas sorpresas y otorga al PP entre 47 y 49 asientos, mientras que el PSOE se movería entre 32 y 36 -ahora tiene 33-.

Por su parte, C’s caería de tercera a sexta fuerza en la Cámara al quedarse con uno, dos o tres diputados -frente a los 21 logrados en diciembre de 2018-, y se vería totalmente superado por Vox, que podría sobrepasar la barrera de los 20 escaños.

A la izquierda del PSOE, el CIS otorga nueve o diez parlamentarios para Por Andalucía y pronostica también la entrada de Adelante Andalucía con un 4,7% de los votos y dos representantes.

Por último, el barómetro tiene como principal novedad la posibilidad de que irrumpa por primera vez en el Parlamento andaluz una de las candidaturas de la llamada España vaciada. En concreto, la de la marca Jaén Merece Más, que podría entrar en la Cámara con un diputado por dicha provincia y un 0,7% del total de los votos en la comunidad autónoma. l

l Obtiene un 6,28. El presidente de la Junta de Andalucía y candidato del PP a la reelección, Juanma Moreno, es el líder mejor valorado ante las elecciones del 19-J, ya que obtiene un 6,28 de nota, mientras que el aspirante socialista, Juan Espadas, no llega al aprobado con un 4,88, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas. Por su parte, el vicepresidente andaluz y candidato de C’s, Juan Marín, se une a Moreno entre los aprobados, con un 5,19 de nota, pero el resto de los principales cabezas de lista suspenden en valoración. La candidata de Vox, Macarena Olona, es la peor puntuada, con un 3,9, mientras que Inmaculada Nieto, de Por Andalucía (Podemos-IU) consigue un 4,87 y Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, un 4,55. En cuanto al grado de conocimiento, Moreno tiene un 96,6%; Marín un 68%; Espadas un 67,5%; Teresa Rodríguez un 63,3%; Olona un 62,1%, y Nieto un 26,7%.