- Ander Errasti es investigador en Globernance, un instituto de gobernanza democrática dirigido por Daniel Innerarity, y es también profesor de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona. Este analista tiene la impresión de que durante el Estado de Alarma “ha habido un exceso de paternalismo por parte de las autoridades”. Reconoce que “si bien es cierto que siempre habrá individuos dentro de la sociedad que tengan tendencias a ser free riders, a salirse un poco del esquema colaborativo y de bien común que protege a las instituciones, eso no quita que la ciudadanía pueda entender por qué se están aplicando los mecanismos, y creo que por parte de las autoridades no se ha hecho ese ejercicio, o en el mejor de los casos con cuentagotas, o en el peor, con discursos retóricos”.

Se habla del riesgo de una sociedad atemorizada. Pero antes de estallar la epidemia se decía que el peor virus es el miedo y llegó lo que llegó.

-Es fundamental que la gente disponga de elementos para prever a qué se va a atener en el medio plazo. En la medida en que eso no ocurra, habrá actores sobre todo populistas, que capitalicen esa incertidumbre. Las autoridades tienen dos opciones: reconocer sus limitaciones ante una crisis natural, o trasladar mensajes en el sentido de todo va a ir bien o lo tenemos todo bajo control. Como la realidad acabará llevándoselo por delante, habrá agentes que capitalicen ese miedo. La ponderación es fundamental. Aceptar que no disponemos del conocimiento absoluto sobre cómo gestionar esta situación, no implica pensar que las decisiones se estén tomando arbitraria o aleatoriamente. Aceptar que se tenga que priorizar el impacto sobre la vida de las personas y evitar que colapsen los sistemas sanitarios no implica pensar que la economía sea irrelevante o que el bienestar de las personas confinadas sea irrelevante, por ejemplo en los menores de edad. Creo que es algo que en el debate público no se está viendo.

El confinamiento total que ahora se levanta ha generado debate, por su calado o duración.

-Los epidemiólogos deben debatir sobre cuáles son las medidas más efectivas para frenar al virus. Los políticos han de tener en consideración esos debates científicos, y tomar decisiones a partir de ahí, pero los políticos necesariamente deben ir más allá, y considerar cuestiones que un epidemiólogo no contemplará. Creo que debería analizarse si la decisión de levantar el confinamiento total ha tenido en cuenta otras dimensiones además de la estrictamente técnica.

Veníamos de una crisis económica, y estábamos aún en una crisis territorial. Todo ello se solapa con la crisis emergente. ¿Es una carga demasiado pesada para una respuesta cohesionada?

-La crisis se ha dado sobre los problemas estructurales, no los ha parado, evidenciando o tal vez agudizando problemas que ya venían de antes. En lo territorial es evidente que se necesita un organismo que coordine a las diferentes comunidades nacionales, y que cada uno no puede ir por libre, en la medida que eso acabaría perjudicando a todos. Ahora bien, ¿significa eso que se deban tomar las decisiones de manera vertical? Es discutible desde el punto de vista de la legitimidad, y desde el punto de vista estrictamente jurídico, transmitiendo la sensación de que las autonomías eran un elemento de quita y pon. Y también cuestionable en términos de eficiencia democrática. No parece lo más inteligente gestionarlo de manera centralizada y homogénea.