Barcelona - El pasado congreso del PDeCAT, que dejó al partido en manos de Carles Puigdemont y en puertas de su inclusión en el movimiento del expresident, Crida Nacional per la República, está posibilitando que sectores de la antigua Convergència estén trabajando para conformar un espacio soberanista mucho más moderado y de centroderecha, y con la mirada puesta en las próximas elecciones autonómicas, lo que supondría una atomización mayor del nacionalismo catalán.

Después de que surgiera Units per Avançar, el partido nacido en buena medida de afines a Unió pero con numerosas incorporaciones independientes; Lliures, marca del exconseller y exdirigente de CDC Antoni Fernández Teixidó; y Convergents, la fuerza promovida por el también exconseller y exdirigente convergente Germà Gordó; hay que ver el papel que pueda dirimir en esta nueva estrategia quien fuera conseller de Puigdemont, el moderado Santi Vila, así como el exalcalde de Sant Cugat del Vallès y también exconseller Lluís Recoder, entre otros. Desde hace semanas se están produciendo negociaciones para ocupar el espacio huérfano que dejará el PDeCAT al integrarse en la Crida, y al emprender lo que creen un proceso de radicalización al servicio del exjefe del Govern, que no dudaría en apostar por la unilateralidad si no obtiene réditos del Gobierno de Pedro Sánchez en forma de referéndum.

Esta nueva vía supondría la refundación del catalanismo a través de partidos modernos sin una marca tan señalada por el caso del 3% como es CDC. Y es que actualmente existe un espacio ideológico independentista de centro o centroderecha, en especial si la Crida de Puigdemont compite con ERC también en el terreno del centroizquierda, donde igualmente puede hallarse la CUP pese a ser una formación antisistema, mientras que al otro lado del eje ideológico no existe ninguna. El grueso del electorado se mueve en el espacio más de centroizquierda, y curiosamente es Esquerra quien ha adoptado una posición más moderada en los últimos meses al apostar más por la bilateralidad, quizás por tener a su líder, Oriol Junqueras, encarcelado. Desde muchos foros se apunta a Miquel Roca, exsecretario general de CDC, como posible nombre para impulsar esta nueva alternativa aunque es más que complicado que regrese a la primera línea política.

buscando al líder Una de las dificultades será el eventual encaje con proyectos como el de Gordó, que se define como netamente soberanista, a diferencia del de Teixidó o el de Ramon Espadaler, que se acercó al PSC en los anteriores comicios tras la desaparición de Unió y de Duran i Lleida. Los contactos se encuentran en cualquier caso en una fase inicial de tanteo y uno de los obstáculos reside en el del nombre que pudiera ponerse al frente de la operación. Según fuentes cercanas al exconseller Santi Vila, este se muestra dispuesto a colaborar porque también ve necesario ocupar el espacio del centro. Pero su situación procesal -está pendiente de juicio- hace que sea improbable que se sitúe al frente del proyecto. Con todo, Vila compartiría la necesidad de actuar en defensa de un soberanismo compatible con el respeto al ordenamiento constitucional, que es lo que vino predicando mediáticamente después del referéndum del 1 de octubre y de la proclamación de la declaración unilateral.

Que Puigdemont desbancara a Marta Pascal al frente del PDeCAT ha supuesto todo un terremoto en esta formación, que había incorporado la marca de Junts per Catalunya, y que todo apunta desembocará en una nueva fuerza como la Crida Nacional, pendiente de un congreso el próximo otoño donde finalmente se perfilen las líneas maestras a futuro.