sI hay un elemento que ha condicionado las lecturas que han seguido a la declaración que ETA hizo llegar a la BBC el pasado domingo, ha sido la próxima celebración de las elecciones municipales y forales tras las que la izquierda abertzale antes representada por Batasuna podría quedar definitivamente fuera de todas las instituciones de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra.
Desde el PP hasta el PNV, pasando por asociaciones de víctimas, sindicatos, e incluso el propio entorno del MLNV, nadie ha podido evitar la tentación de ligar su interpretación del escenario creado tras la suspensión de las "acciones ofensivas" de ETA con el reflejo que puede tener sobre la próxima convocatoria electoral, e incluso con la futura supervivencia política de Zapatero; aunque, claro está, cada uno desde sus propios puntos de vista.
elecciones especiales El pacto PP-PSE que ha llevado a Patxi López a Ajuria Enea había dotado a estos comicios de un cierto aire de segunda vuelta en la que los ciudadanos podrían avalar o censurar la trayectoria de esta apuesta, lo que, unido a la pronosticada desaparición de las candidaturas de la izquierda abertzale ilegalizada de las planchas, ya auguraban que esta cita con las urnas iba a ser especial.
Quizá por eso, los partidos políticos se habían lanzado a una precampaña particularmente larga e intensa para defender la identidad de su discurso en un universo atomizado y repleto de ofertas y matices. Y quizá también por eso, muchos hablan ahora de "movimiento táctico" para explicar que el único objetivo que se esconde tras la decisión de ETA de declarar este peculiar alto el fuego es favorecer la presencia de lo que un día fue Batasuna en las listas de la próxima primavera.
Quienes han defendido esta teoría con más fuerza han sido esta semana los miembros del PP. El eurodiputado y ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja volvió a dictar criterio apenas unas horas después de que se conociera el comunicado de ETA, y sus correligionarios han ido tras su discurso.
Oreja nunca ha dudado en reiterar que el diálogo entre la organización terrorista y el Gabinete Zapatero "continúa" y que este proceso "tiene fijado su siguiente punto" en las elecciones de 2011. Por eso, advierte una y otra vez de que será "clave" ver hasta qué punto logra el MLNV colar una lista electoral, y hasta dónde el Ejecutivo central lo permite. Si se confirmara esta tesis, dijo Antonio Basagoiti recogiendo el guante desde Euskadi, el PP lo entendería como "un incumplimiento" del pacto que mantiene con el PSE, que podría hacerlo volar por los aires.
Y es que, si en su día el propio Oreja acuñó el famoso concepto de tregua trampa para desacreditar el alto el fuego declarado por ETA, Basagoiti no ha dudado ahora en sacarse un nuevo término de la manga para advertir contra esta tregua electoral que, a su juicio sólo busca engañar al PSOE para poder volver a disfrutar del "dinero y los altavoces" que garantizan tener presencia en las instituciones.
Ahondando en esta tesis, la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga advirtió contra esta tregua táctica y, como también harían desde Madrid otras voces del PP como las de María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, o el propio Mariano Rajoy, aseguró que estarán "muy vigilantes" ante los movimientos que pueda hacer el Gobierno socialista, y animando al PSOE a profundizar en la reforma que ambos partidos impulsaron en junio para blindar aún más la Ley Electoral y la Ley de Partidos para que los previsibles esfuerzos electorales de este mundo no le lleven a tomar medidas como la citada ruptura del pacto en Euskadi.
el tejado de batasuna El PSOE ha contenido estos embates amparado en un discurso de firmeza e inmovilismo al que ha contribuido el tímido avance que se emboza tras el contenido del comunicado de ETA.
Una vez más, Rubalcaba ha sido el encargado de dar la réplica a Oreja y allanar la senda por la que luego han transcurrido los discursos de -casi todos- sus compañeros de partido. "Al Estado lo que le corresponde es perseguir a los terroristas. Lo que hagan Batasuna y ETA les corresponde sólo a ellos. No hay que echarles ninguna mano, que lo resuelvan ellos, pero Batasuna tiene que tomar una decisión porque con ETA del brazo no va a ir a las elecciones", aseguró, antes de añadir que, "si Batasuna rompe fehacientemente con ETA, abandona su apoyo a la violencia y pasa a ser un partido que defienda la independencia del País Vasco por vías democráticas, los tribunales no tendrán ninguna objeción que hacerle". "Eso va más allá del acuerdo político" y "no es competencia ni del Gobierno ni del PP", subrayó.
El Gobierno no va a propiciar "nunca" la derogación de la Ley de Partidos, y los socialistas son "partidarios de la máxima dureza contra ETA y su entorno político-social", aseguraba el portavoz parlamentario PSOE Congreso, José Antonio Alonso después de que ERC hubiera pedido este gesto para contribuir a un nuevo ciclo presidido por la ausencia de violencia y el diálogo inclusivo. "Al enemigo ni agua", "ni un respiro", clamaba poco después el presidente del Congreso, José Bono, para quien este alto el fuego sólo es un ejercicio de "cinismo" de quienes únicamente se ponen "la piel de cordero cuando vienen las elecciones".
reubicación del discurso Con los partidos que ocupan el 92% de los escaños del Congreso de acuerdo, a priori, en no derogar esta ley, existen pocas posibilidades de que se allane esta vía, y menos de que esto pueda pasar en el año escaso que falta para que se celebren las elecciones.
Ante eso, sólo cabe que el discurso que mantiene la izquierda abertzale ahora ilegalizada siga evolucionando en los términos que lo viene haciendo y que las autoridades entiendan que el trayecto andado es suficiente cuando este sector político presente sus candidaturas de cara a esa cita con las urnas, o que las tornas cambien como respuesta a los movimientos del MLNV. Así lo reclamaba el pasado martes la propia izquierda abertzale que, a través de Txelui Moreno, reclamaba al Gabinete Zapatero su relegalización. "Es uno de los mínimos para que se dé el proceso democrático", aseguró Moreno tras criticar que este Gobierno no haya "movido un dedo" ni siquiera tras el "primer paso importantísimo" que, a su juicio, dio ETA el pasado domingo.
Por el momento, desde la declaración de Alsasua hasta la propuesta que habían filtrado a la mayoría de los partidos vascos la semana pasada, los representantes de este sector se han ido distanciando del mantenimiento de la estrategia armada por la que aún apuestan otros miembros del MLNV. No dudaron en decir que quienes se alejen del uso de vías exclusivamente civiles y políticas quedarán fuera de su estrategia, o incluso en su contra, y criticaron los nuevos brotes de kale borroka como "piedras en el camino" de su nueva apuesta pacífica y democrática.
Aún así, incluso el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, testaferro de la confianza al otro lado de la trinchera, se mostraba pesimista ante la posibilidad de que este sector concurra en 2011: "Batasuna tendrá que formar un partido político nuevo que rechace la violencia; aceptar la legislación española, aunque pretenda luego cambiarla; y presentar una lista nueva que sea difícil para el Tribunal Constitucional el rechazarla. Yo creo que irá por ahí. Aún así, veo difícil que puedan acudir a las elecciones municipales", afirmó.
"A nadie se le escapa que la situación generada tras la declaración de ETA va a tener una serie de incidencias y consecuencias" en las elecciones, resumió el presidente de la Asociación de Municipios Vascos, Eudel, Jokin Bildarratz.
Sea como sea, parece evidente que las elecciones y la búsqueda de una convivencia normalizada y en paz, se trenzarán en los próximos meses al calor de esta tregua electoral.