Hay otro argumento del que se sirve el PP para hacer convivir el apoyo a López con el ataque a Zapatero. El PNV votó a favor de los Presupuestos a los que ahora se ha aplicado la tijera, y los populares no pierden oportunidad de recordarlo, pero por si acaso han abierto una vía pública de comunicación con los jeltzales.
La reunión de Basagoiti con Urkullu que tanta polvareda ha levantado esta semana lo ha hecho precisamente porque da la sensación de que todos los partidos abren el abanico a alianzas con cualquiera, y porque supone una especie de pistolezato de salida al cada uno por su lado.
Aunque Basagoiti no tardó ni veinticuatro horas en renovar sus votos con el socialismo vasco, lo cierto es que en los últimos días se ha rememorado aquella reunión entre Xabier Arzalluz y Aznar que certificó el apoyo nacionalista al primer Gobierno del ahora ya ex presidente. Hasta que llegó el Pacto de Lizarra y la mayoría absoluta de los populares, la relación marchó viento en popa, e incluso Arzalluz apuntó que Aznar había cumplido todos sus compromisos con los jeltzales. No ocurre así ahora, cuando el Grupo Nacionalista en el Congreso no se cansa de repetir que el Gobierno no informa de la marcha de las negociaciones sobre el traspaso de las políticas activas de empleo.
A mediados de 2010, y superados los primeros recelos tras las elecciones autonómicas del año pasado, las diferencias entre el PP y el PNV no son tan insalvables como antaño. Los populares se han renovado tras el congreso celebrado hace dos años, se han movido de las posiciones que, en pleno apogeo del aznarato, les llevaron a dominar el constitucionalismo vasco, por encima del tradicional líder de esta parte del arco político, el PSE.
Enfrente tienen al PNV de Urkullu, en el que siguen conviviendo dos sensibilidades, pero que a priori no parece cerrado a nada, sobre todo teniendo en cuenta que Zapatero pasa por sus horas más bajas y que quizá es hora de dejar de sostener su Gobierno.
Hasta la fecha, los jeltzales se han dedicado a asimilar el paso a la oposición y encontrar su sitio en el nuevo escenario político vasco, pero ahora su perspectiva en torno a la situación de las piezas en el puzzle político es más nítida. Con Basagoiti pueden coincidir en temas económicos, ya que en lo estrictamente político sus posiciones son insalvables. Sin embargo, corren tiempos en los que la ciudadanía se tienta los bolsillos y mira a sus políticos en busca de respuestas. En ese ámbito es donde PP y PNV pueden encontrarse.