Las conversaciones en Doha para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza y la liberación de rehenes israelíes comenzaron finalmente este jueves, en un día en el que se superaron los 40.000 muertos desde el inicio del conflicto hace ahora 10 meses. La Casa Blanca ha redoblado su presión sobre Israel en una cita a la que no ha querido asistir Hamás, pero que se mantendrá al tanto de los que allí se negocie.
“Acaban de empezar (las conversaciones)”, dijo John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, órgano encargado de política exterior.
El portavoz consideró que había habido un “comienzo prometedor”, pero explicó que debido a la “complejidad” de las conversaciones no se espera que haya un acuerdo inmediato. De hecho, Kirby indicó que se prevé que las negociaciones continúen durante el día de hoy.
“Se trata de una labor crucial. Podemos superar los obstáculos que quedan, y es necesario concluir este proceso. Hace falta que se libere a los rehenes, que se alivie la situación de los civiles palestinos en Gaza, que se garantice la seguridad de Israel y que se reduzcan las tensiones en la región. Todo esto debe ocurrir cuanto antes”, declaró.
Según confirmó Kirby, en las negociaciones está participando el director de la CIA, William Burns, y Brett McGurk, el principal asesor de Oriente Medio para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quienes han jugado un papel clave en las conversaciones entre Israel y el grupo islamista Hamás, en las que Egipto y Catar actúan como mediadores.
Hamás, cuya oficina política se encuentra en Doha, indicó que no iba a enviar a este diálogo una comisión negociadora, e insiste en reivindicar la aplicación de lo que ya fue acordado con anterioridad “en lugar de proseguir con nuevas rondas”.
Sin embargo, Kirby afirmó que Hamás se mantendrá en contacto con Egipto y Catar, por lo que participará de manera indirecta en las negociaciones.
Del lado israelí estaba previsto que participara un equipo encabezado por el jefe del servicio inteligencia exterior israelí -Mosad-, David Barnea; su homólogo en el servicio interior -Shin Bet-, Ronen Bar; y el mayor general Nitzan Alon, que supervisa las conversaciones en nombre del Ejército.
Las partes buscan en Doha avanzar hacia un acuerdo de alto el fuego que permita un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos sobre la propuesta presentada por Estados Unidos a finales de mayo, aceptada por Hamás pero rechazada por Israel. Estas negociaciones se ven como una de las últimas esperanzas para evitar una expansión de la guerra en Oriente Medio.
Balance de fallecidos
Las conversaciones para una tregua comenzaron poco después del último balance de muertos desde el inicio de la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza. Ya son más de 40.000 los fallecidos y unos 10.000 cuerpos desaparecidos bajo los escombros.
Los muertos gazatíes se situaron en 40.005 -incluidos más de 16.400 menores- tras sumar 40 fallecidos por ataques israelíes en las últimas 24 horas, según datos del Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por los islamistas. Los heridos en 314 días de guerra ascienden a 92.401.
El Gobierno de Hamás asegura que 36 personas -la mayoría niños- han muerto de hambre y que hay otros 3.500 menores en riesgo de muerte por desnutrición ante las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria. Además, 12.000 heridos deben viajar al extranjero para ser atendidos; mientras hay más de 1,7 millones de gazatíes con enfermedades infecciosas por el hacinamiento y la falta de higiene.
El Ejército israelí mantiene su ofensiva terrestre en Rafah y Jan Yunis, en el sur del enclave, así como en ciudad de Gaza y en la zona centro; además de realizar ataques aéreos diarios en todo el territorio.