La jueza Aileen Cannon, que dirige el caso del expresidente de Estados Unidos Donald Trump por negligencia en el uso de documentos confidenciales, ha emitido este jueves una orden en la que restringe el acceso del exmandatario a las pruebas y en la que le prohíbe hablar públicamente sobre el material sensible de estos documentos.

Esta decisión se encuentra en sintonía con la propuesta enviada por parte del equipo del fiscal especial Jack Smith, y que fue aprobada en junio, que prohibió a Trump difundir información confidencial sobre el mismo juicio.

Sanciones penales y civiles

"Las limitaciones a la divulgación de información clasificada establecidas en esta orden son vinculantes para el acusado y su abogado, y su incumplimiento puede dar lugar a sanciones penales y civiles", ha asegurado Cannon, según publica la cadena NBC News.

"El tribunal considera que este caso involucra información que ha sido clasificada por el interés de la seguridad nacional (...) el almacenamiento, manejo y control de esta información requerirá de precauciones de seguridad especiales", ha añadido la jueza.

En ese sentido, ha manifestado que estos documentos clasificados deberán permanecer como tal a menos que contengan una "indicación clara" sobre su desclasificación por parte de las autoridades competentes.

Solo para preparar su defensa

A pesar de la prohibición de hablar sobre este tipo de informaciones en público, Trump sí podrá revelarla a su equipo legal en caso de ser necesario para preparar su defensa, a menos que el Gobierno solicite la prohibición de su divulgación.

Además, cuando el expresidente y la defensa hablen sobre estas cuestiones deberán hacerlo solo dentro de una instalación de información confidencial compartimentada y previamente aprobada por el tribunal.

Trump se declaró en julio inocente de más de una treintena de cargos que le han sido imputados en el marco del caso sobre los documentos clasificados hallados en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, tras su salida de la Casa Blanca.

Cargos

Los cargos contra Trump --hasta 37-- van desde la retención deliberada de información de defensa nacional hasta la conspiración para obstruir a la justicia en el marco de la investigación en su contra por los numerosos documentos clasificados que se encontraron en su mencionada residencia.

El magnate almacenó cajas en varios lugares de su residencia, como su dormitorio o una de sus oficinas, aunque también se llegaron a encontrar en el baño y en la ducha. Trump enseñó páginas marcadas como clasificadas en hasta dos ocasiones a varias personas, mientras que también ordenó a su asistente personal, Walt Nauta, que moviera los papeles de un lado a otro para que no fueran encontrados.

El expresidente acumula además un juicio por intentar revocar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020, otro por intentar manipular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, y un último por el presunto pago de un soborno a la actriz de cine porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels.

A pesar de ello puede seguir optando a la carrera hacia la Casa Blanca, incluso en el supuesto caso de que sea condenado en alguno de estos juicios.