Roma - El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, defendió ayer que la ONU y la Unión Europea (UE) gestionen y financien centros de “protección e identificación” de migrantes en “las fronteras externas” de Libia para frenar el flujo migratorio. Salvini viajó a Trípoli para reunirse con su homólogo libio, Abdulsalam Ashour, y el viceprimer ministro del Gobierno sostenido por la ONU en dicha ciudad, Ahmed Maitig, y conversar sobre cómo frenar conjuntamente las llegadas de migrantes a Europa a través del Mediterráneo.

Tras permanecer en Libia unas horas, regresó a Roma para celebrar una rueda de prensa y resumir las conversaciones. El líder de la ultraderechista Liga y vicepresidente del Gobierno italiano reconoció que las autoridades de Libia no están por la labor de crear estos centros en la capital por lo que sugiere levantarlos en “las fronteras externas”, explicó durante su comparecencia. “Italia pide protección de las fronteras externas de la UE y lógicamente ellos también piden protección de sus fronteras externas”, aseveró.

Por eso, la solución sería establecer estos centros en países como Níger, Chad o Mali, a quienes “hay que involucrar” en las negociaciones con los países europeos para lograr pactos similares a los alcanzados con Turquía, que cerró de inmediato la ruta de los Balcanes. Salvini explicó que durante su visita a Libia solicitó ver un centro de acogida y protección que “dentro de un mes estará preparado para recibir a 1.000 personas, en colaboración con la Agencia de la ONU para los Refugiados”, para “desmontar toda la retórica que dice que en Libia se tortura y se lesionan los derechos civiles”.

Para el dirigente conservador, estas instalaciones respetarán los derechos de los que aguardan las peticiones de asilo, servirán para llevar un control de las personas que quieren viajar a Europa y acelerarán las “devoluciones a los países de origen si no tienen ese derecho”. Añadió que deberían estar dirigidos y financiados por Naciones Unidas y la UE, porque “no se entiende por qué Italia y Libia tienen que hacerse cargo económicamente de este fenómeno”.

“En este momento la prioridad del Gobierno italiano es proteger las fronteras externas” y en eso centrará sus esfuerzos más inmediatos, pues “una vez que la UE de señales de proteger las fronteras externas, se podrá hablar de distribución interna” de refugiados presentes en Italia, puntualizó.

Contra LAS MAFIAS Desde que su formación ultraderechista y el antisistema Movimiento Cinco Estrellas llegaran al Gobierno ha pasado menos de un mes, y en este tiempo Salvini ha aplicado políticas muy restrictivas contra la inmigración con el objetivo, defiende, de combatir el negocio de las mafias que trafican con personas.

Su manera de proceder, prohibiendo por ejemplo la llegada a puerto del barco Aquarius con 630 refugiados, ha provocado tensiones con el resto de socios europeos, especialmente con Francia, que ha criticado a Italia por falta de solidaridad. Sin embargo, en opinión de Salvini está consiguiendo que Italia sea de nuevo “protagonista” y haya “reconquistado dignidad y orgullo en la UE”.

Salvini también elogió la labor que están realizando los guardacostas libios en las aguas del país, que es rechazada por las ONG por la dureza, afirman, con la que proceden en los salvamentos, y defendió que “en una semana han rescatado a 2.500 personas”.

Salvini volvió a dejar claro que rechazará a cualquier ONG que lleve inmigrantes a bordo porque, dijo, “bloquear el negocio de la inmigración clandestina significa bloquear una actuación perjudicial y peligrosa de quienes proceden sin respetar las reglas del derecho internacional”.