Kiev - Crimea blindó ayer su territorio de cara al referéndum del próximo domingo sobre la reunificación con Rusia para impedir la llegada de provocadores desde otras regiones de Ucrania, cuyas autoridades han declarado que no planean enviar tropas a la península. La rebelde autonomía cerró a partir de ayer y hasta el 17 de marzo su espacio aéreo para todos los vuelos comerciales procedentes del resto de Ucrania.
La compañía de bandera ucraniana, Aerolíneas Internacionales de Ucrania (AIU), confirmó ayer la cancelación de todos sus vuelos entre Kiev y la capital de Crimea, Simferopol, programados desde ayer al próximo 17 de marzo. "Las medidas del aeropuerto de Simferopol perjudican a cientos de pasajeros, ucranianos y extranjeros. La suspensión de la conexión aérea daña la imagen de Ucrania y Crimea, ocasiona pérdidas económicas a AIU y el propio aeropuerto de Simferopol", se lamentó el director de la compañía aérea, Serguei Fomenko.
Desde hace dos semanas, hombres armados y pertrechados como soldados profesionales, identificados como las autodefensas de Crimea, han ido tomando el control de prácticamente todos los enclaves estratégicos, instalaciones militares y nudos de transporte en el territorio de la recién proclamada república.
Las acciones del Gobierno prorruso de Crimea muestran su determinación de no dejar ningún cabo suelto para evitar posibles focos de resistencia ucraniana en la península.
A cuatro días del referéndum, Kiev y Crimea han dado una nueva vuelta de tuerca a la guerra informativa que mantienen tanto para inclinar a los votantes hacia una de las opciones como para legitimar sus acciones entre su propia población. El Consejo Nacional para la Televisión y Radiodifusión ucraniano prohibió el martes a los proveedores locales de televisión por satélite la retransmisión de cinco canales rusos.
Poco antes, el Gobierno crimeo que preside Serguei Axionov hizo lo mismo con casi todos los canales ucranianos, a los que su número dos, Rustam Temirgaliev, acusó ayer de "masiva tergiversación de los acontecimientos que realmente tienen lugar en Crimea".
La ofensiva propagandística de Simferopol se completó con el estreno ayer de la agencia de información local Criminform.
A esta guerra se sumaron ayer de una manera peculiar los periodistas de la redacción de informativos en lengua tártara de la Televisión Estatal de Crimea, que se negaron a salir al aire hasta que se celebre la consulta, boicoteada por la minoría de tártaros crimeos, que no reconocen su legitimidad.
Mientras, Ucrania parece resignada a perder Crimea sin mayor resistencia que algunas declaraciones de sus nuevos líderes sobre la ilegitimidad del referéndum y del Gobierno de Axionov, además de tímidos gestos diplomáticos para manifestar su rechazo a la postura adoptada por Moscú.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano entregó ayer al embajador de Rusia en Kiev una nota de protesta sobre el apoyo de Moscú a la declaración de independencia adoptada el martes por el Parlamento de Crimea.
A su vez, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchinov, aseguró ayer que no ordenará el envío de tropas a Crimea para no dejar desprotegida la frontera oriental del país, donde linda con Rusia.
Yatseniuk, en la Casa Blanca. El presidente de EEUU, Barack Obama, recibió ayer al primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk, para demostrar su apoyo al nuevo Gobierno de Kiev en medio de las tensiones con Rusia. Yatseniuk llegó a la Casa Blanca en torno a las 14.30 hora local para su reunión con Obama en el Despacho Oval.
La ONU, fuera. El último responsable de la ONU en Ucrania, Ivan Simonovic, tampoco viajó a Crimea después de que las autoridades de esa península le indicaron que no podían recibirle ni garantizar su seguridad, anunció un portavoz de Naciones Unidas.