Nueva York. La protesta contra el corporativismo de Wall Street ha entrado en su tercera semana y se ha extendido a otras ciudades de Estados Unidos, en el marco de un movimiento de indignación que recorre el mundo: desde Israel al Estado español, pasando por los países árabes. Boston, Chicago, Los Ángeles, Washington, Nueva York... las movilizaciones contra el sistema financiero, la codicia y los recortes en el presupuesto federal estadounidense van surgiendo en diferentes ciudades norteamericanas. Mientras, coincidiendo con la expansión de este movimiento de protesta denominado Occupy Wall Street, un senador, siete representantes demócratas, el presidente de la central sindical de Estados Unidos y decenas de activistas daban comienzo ayer a una reunión de tres días para el lanzamiento de un "movimiento progresista" y su estrategia para las elecciones de 2012.

Convocados por el ambientalista y exfuncionario de la Casa Blanca Van Jones para el inicio de una acción que denominan Recuperemos el sueño americano -Take Back the American Dream-, los progresistas debatirán estos días una agenda multicolor en varios salones del hotel Washington Hilton. "Tal como hemos visto una primavera árabe veremos un otoño estadounidense", dijo Jones a la cadena MSNBC.

"Podemos verlo ahora mismo, en estos jóvenes que se plantan frente a Wall Street. Tendremos una ofensiva de octubre para recuperar el sueño americano y rescatar a la clase media". "Este es el mes en el cual los progresistas empiezan a pelear", añadió. Los organizadores del encuentro pretenden lanzar un "contrapeso" al Tea Party, el movimiento, también ciudadano, que se inició tan pronto como el presidente Barack Obama llegó a la Casa Blanca y que ha logrado consolidarse al interior del Partido Republicano.

Personalidades políticas La conferencia progresista incluye al senador Bernie Sanders, de Vermont y único legislador en el Congreso estadounidense que se autocalifica como socialista; y los representantes del Partido Demócrata Donna Edwards, Jan Schakowsky, Chris Murphy, Barney Frank, Raúl Grijalva, Barbara Lee y Keith Ellison. También hablarán el presidente de la central sindical AFL-CIO, Richard Trumka, el presidente del Sindicato Siderúrgico de Estados Unidos, Leo Gerard, y Robert Reich, quien fuera secretario de Trabajo en el Gobierno del presidente Bill Clinton.

La agenda de la conferencia identifica al menos 65 oradores y las discusiones van desde cómo "las corporaciones corrompen la democracia" a los costos de las guerras, las estrategias de reclutamiento de activistas, problemas ambientales, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la inmigración. El movimiento Occupy Wall Street nació el 17 de septiembre y parecía languidecer hasta que el pasado fin de semana recibió una gran atención mediática, cuando los manifestantes bloquearon durante dos horas el puente de Brooklyn, en el sur de Manhattan y no lejos de Wall Street.

Esa acción finalizó con 700 personas detenidas, la mayoría de ellas liberadas poco después. La convocatoria para ocupar Wall Street comenzó con un llamamiento del movimiento anarquista Adbusters y otros grupos de izquierdas a través de internet, y ha atraído además a ecologistas, ONG de defensa de los derechos humanos, así como presencias individuales de veteranos de guerra, profesores universitarios y estudiantes.

"La única cosa que tenemos en común es que somos el 99% de la gente que ya no tolerará la codicia y la corrupción del 1%", señala el sitio de internet Occupy Wall Street, que difunde las actividades diarias de los manifestantes. La participación en las protestas a lo largo del país ha sido muy diferente. Así, mientras que en Boston se manifestaron unas 3.000 personas el pasado sábado; ayer, en Los Ángeles apenas lo hicieron 50. Las razones para manifestarse son también diferentes: el rechazo a las prácticas corporativistas en Wall Street, el desempleo, los recortes en el presupuesto federal en áreas como la educación, la brutalidad policial, el calentamiento global, etc. Ayer, otra manifestación frente al Ayuntamiento de Nueva York protestó por las detenciones del sábado y los métodos empleados por la policía.

La compresión de Soros El multimillonario inversor George Soros aseguró ayer que comprende la frustración que ha llevado a los indignados de Nueva York a manifestarse contra Wall Street. "Puedo entender sus sentimientos", señaló Soros ante la prensa en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York. El inversor de origen húngaro explicó que hay muchas personas que lo pasan mal debido, por ejemplo, a medidas que aplican los bancos. "Hay muchos pequeños empresarios que han visto cómo el interés en sus tarjetas de crédito ha subido de forma espectacular durante la presente crisis", lamentó Soros, quien aseguró que "esas personas dependen del crédito para llevar sus negocios, por lo que muchos tuvieron que cerrar".

El multimillonario dijo que también puede "simpatizar con las protestas" de los indignados estadounidenses, especialmente contra el sistema financiero, ya que argumentó que la población ha visto cómo en esta crisis se ha ayudado a los bancos, entidades que "han vuelto a obtener beneficios" y al mismo tiempo "se les ha permitido pagar primas extraordinarias". El inversor señaló que, desde su punto de vista, la razón del nacimiento de las protestas que ahora vive Estados Unidos se debe "al contraste de esas dos realidades".

La organización, que inició su presencia en Nueva York con una acampada que continúa en el sector financiero de Manhattan, asegura que su intención es permanecer allí durante varios meses, tiempo en el que planea nuevas manifestaciones.