Imitando a una niña. Unai Baigorri (Vitoria-Gasteiz, 9 de marzo de 2005) supo desde muy pequeñito que su cuerpo estaba hecho para los movimientos y acrobacias de la gimnasia artística. Lo supo con cinco-seis años, cuando en el cumpleaños de un amigo suyo, subida en unos hinchables, una niña hacía saltos mortales.
Sorprendido por lo que veían sus ojos, Unai se animó a repetir la escena que acababa de ver, y desde entonces se quedó enamorado de la gimnasia artística. “Me encantó la sensación que sentí imitando a esa niña, y al salir de allí le dije a mis padres que me apuntasen a algo en lo que pudiera hacer volteretas”.
Dicho y hecho. Poco después, Unai Baigorri probaba la iniciación a las acrobacias, en el Estadio. Después comenzó en el club Arabatxo y, desde entonces, no ha parado de colgarse medallas, campeonato tras campeonato.
Campeonatos y medallas
Desde bien joven, ha participado en casi todos los campeonatos nacionales donde casi siempre se acaba colgando alguna medalla. Aunque de toda su trayectoria deportiva, este joven gasteiztarra destaca sobre todo dos momentos. El primero, su primer campeonato de Europa Junior de 2022 en Múnich. “Fue un campeonato increíble y mi primero importante. El pabellón era enorme, había mucha gente, era un campeonato de Europa y de otros deportes”, recuerda. “Lo viví con mucha ilusión y pude compartirlo con mis padres que vinieron y dos de mis entrenadores”, explica. De este campeonato logró clasificarse para la final de salto. El segundo, su primer Campeonato de Europa Sénior en Rimini, Italia, este pasado abril. “El proceso para ser elegido fue muy emocionante. Competí en tres aparatos y pude clasificarme para la final de suelo”, explica.
Unai Baigorri ha cumplido en los últimos meses sus sueños tras competir en distintos campeonatos.
De hecho, el suelo siempre ha sido precisamente su aparato favorito. Además de estas dos experiencias que siempre recordará, este año también ha competido en otra copa del Mundo en Koper, Eslovenia, donde pudo clasificarse para otras dos finales. En suelo quedó en tercer puesto.
Los campeonatos en los que este deportista ha participado son incontables y en todos ellos pone en práctica lo aprendido durante años en los seis aparatos de esta modalidad de gimnasia: el suelo, el potro con arcos, las anillas, el salto, las paralelas y la barra fija. “Mi aparato preferido desde siempre ha sido el suelo. Es un aparato en el que disfruto muchísimo, ya que la sensación de saltar alto, girar, dar piruetas y sentir que vuelas me encanta”, dice con emoción.
Cumpliendo sus sueños
Disfruta tanto de lo que hace, que considera que está cumpliendo sus sueños: “Pienso que en cierta manera se están haciendo realidad mis sueños. Esta temporada ha sido una pasada. De no poder optar en principio a nada a, al final, haber competido tanto internacionalmente y el haber progresado tanto. He ido a campeonatos que al principio de temporada ni pensaba en ellos”, valora. Y mirando hacia el futuro, su ambición y su techo están fijados en los Juegos Olímpicos.
Fuera de la cancha, uno de sus sueños es poder viajar y conocer sitios nuevos, y en cuanto a su profesión asegura que le encantaría ser entrenador de gimnasia. “Vivir de la gimnasia artística, sinceramente, es complicado. Es un deporte minoritario y que no mueve tanto como mueven otros deportes. Aunque solo por lo que puedas ganar por resultados sea complicado poder vivir, este deporte te puede abrir otro camino como entrenador por ejemplo y sigues vinculado pero de otra forma”, concluye.