- Tubacex ya ha cuantificado la afección inicial que su anuncio del martes del despido del 20% de la plantilla del grupo -500 trabajadores- tendrá en sus plantas alavesas. Los comités de las factorías de Amurrio, Laudio y Aceralava se reunieron ayer con la dirección, que trasladó a la representación de los trabajadores la “necesidad” de reducir los costes de las fábricas del territorio en 10 millones de euros lo que, en términos laborales, se traduciría inicialmente en la supresión de 150 empleos.

Asimismo, fuentes sindicales y de la empresa explicaron que la dirección matizóque esa cuantía, equivalente a la eliminación de 150 puestos de trabajo, “no necesariamente” se debe llevar a cabo solo por la vía de los despidos, sino que la compañía “está abierta a negociar que se pueda completar también mediante la reducción de costes laborales y salariales”.

Fuentes de la dirección citadas por Europa Press insistieron ayer en que la crisis del covid-19 y la caída de la actividad “han acelerado” las consecuencias negativas arrastradas por “la fuerte caída de los precios del petróleo, que ha ralentizado las nuevas inversiones en el sector y con ello también la demanda de tubos, y también debido a la nueva situación de mercado surgida a partir de la imposición de aranceles en Estados Unidos”. Así, la dirección subrayó a los representantes de los trabajadores que esta situación no se debe a la crisis sanitaria del coronavirus, sino que “venía de antes”, propiciada por la crisis del petróleo y la caída de los mercados. De hecho hace tres meses ya redujo los salarios de los altos directivos y aplicó un ERTE a los 600 trabajadores de Llodio y Amurrio, por la caída del 50% su mercado en los últimos años, situación que se ha visto agravada en los últimos meses por la crisis generada por la pandemia. Esas medidas ya adoptadas unidas al ajuste anunciado del 20% en el empleo depararán, según informó la empresa el martes, un ahorro anual superior a los 25 millones de euros.

La compañía avanzó el martes que concentrar la producción de alto valor añadido en las plantas de alto coste de España, Austria e Italia, mientras los productos convencionales se fabricarán en Asia. Este año, Tubacex cerró el primer trimestre del año con unas pérdidas de 1,6 millones por efecto de la pandemia, lo que contrasta con los beneficios de 1,8 millones en el mismo periodo de 2019. Tubacex, que cotiza en Bolsa, dispone de plantas de producción en España, Austria, Italia, Estados Unidos, India y Tailandia, además de Arabia Saudi, Dubai y Noruega a través de Grupo NTS.

Si el martes la consejera de Desarrollo Económico en funciones, Arantxa Tapia, advertía de que “vamos a conocer más de estas noticias”, ayer en declaraciones a Onda Vasca el director general de Lanbide, Jorge Belandia, afirmó que el ajuste de empleo anunciado por Tubacex hace poner “las orejas todavía más tiesas de cara a lo que nos viene de ahora en adelante”. Esta decisión de Tubacex “te pone sobre la pista” de la actual situación, subrayó Belandia, señalando que la perspectiva que se percibe es que puede no ser la única. No obstante, insistió en que el impacto del empleo dependerá de la forma en que se realice el ajuste porque también hay opción de bajas incentivadas o jubilaciones.

En la misma línea, el presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, también afirmó que las empresas van a tener que tomar, en ocasiones, “medidas duras” como reducir personal para “poder sobrevivir” como en el caso de Tubacex e indicó que cualquier ayuda pública es “bienvenida” porque “salvar empresas es algo crítico en este momento”. En Herri Iratia-Radio Popular, Garcinuño explicó que, a nivel de actividad económica, las situación está “parada” y, aunque ha mejorado respecto a mayo, consideró que en julio y probablemente en agosto no va a haber un “crecimiento notable”. En su opinión, probablemente se va a demorar hasta septiembre la “mejora constante y progresiva”, que espera que sirva que los “malos” datos previstos para este año, no lo sean tanto.

Así, respecto al caso de Tubacex, destacó que la empresa necesita de una actividad constante y ha caído “de forma notable”. En este sentido, manifestó que las empresas se ven “absolutamente bloqueadas” por la “ruptura” que supone la crisis sanitaria y se ven obligadas a endeudarse, incluso de forma “notable”, para “soportar” los meses de inactividad. “De ahí que estas grandes empresas, sobre todo, el sector del tubo, que era un sector que ya estaba condicionado por unos números negativos incluso antes de la entrada del covid-19, no extrañe demasiado que tengan que recurrir a políticas de ajuste que son dramáticas y dolorosas pero, ante todo, la empresa tiene que seguir subsistiendo para que los que se quedan, tengan empleo”, concluyó.