El año nuevo ha llegado con un regalito en forma de impuesto en los carburantes. Desde el día 1 se aplica una subida impulsada desde Madrid con el fin de armonizar las tasas de los carburantes de todas las autonomías. De un día para otro en Euskadi el tipo autonómico ha pasado de cero a 4,8 céntimos por litro, tanto en el diésel como en la gasolina. Los consumidores de las estaciones de servicio vascas ya han sufrido en sus carnes lo que supone este incremento y sus reacciones son las esperadas: desacuerdo con la escalada de precios, que, además, parece ir en aumento en corto y medio plazo, sobre todo en el caso del diésel. Cristine es una joven de Estados Unidos que vive en Euskadi. Ayer por la tarde repostaba su coche en la estación de servicio Bidebarri, y descubría para su lamento la reciente subida de los precios. “No sabía nada de esta subida de precios, pero me parece que es una subida demasiado grande”, explicaba a este diario al conocer la noticia, “creo que es mucho”.
Cristine repostaba su vehículo con gasolina, por lo que en los próximos meses no sufrirá el incremento de precio que ha prometido el Gobierno de Sánchez para los combustibles diesel, que terminarán igualando su precio al de la gasolina, pero a la norteamericana esa escalada de los precios no le termina de convencer. “Yo uso gasolina, pero no me parece bien que suban el precio del diesel para igualarlo con la gasolina. Creo que es injusto”. Cristine cree que este tipo de noticias tienen un impacto directo en la ciudadanía y no vería muy extraño que en el Estado se repitan movilizaciones como las vividas en Francia. “Puede ser que la gente aquí también proteste como en Francia. A mí me parecería bien que hubiese movilizaciones por el precio de los combustibles”.
José Manuel Ortega, un colombiano afincado en Bizkaia, repostaba minutos después su coche y tampoco parecía alegrarse por el nuevo precio del carburante. “Me parece pésima”, se lamentaba al conocer la noticia de la subida del precio, “es algo que se nota en el bolsillo, porque cada vez lo suben más”. Al igual que la otra consumidora americana, a José Manuel la subida del diesel le parece injusta: “Yo uso diesel y lo voy a notar muchísimo”.
Eso sí, el colombiano no tiene esperanzas en que la población se plante ante esta subida. “Aquí no va a haber revueltas como en Francia. Aquí falta unión, aquí falta que la gente se una para algo así”. Por su parte, Jon Antón veía la subida del precio “exageradísima”: “Es una pasada. Yo con estas cosas siempre ando tarde y he venido hoy a llenar el depósito cuando podía haber venido hace cinco o seis días y ahorrar unos euros”. En cuanto a la subida del diésel no duda en mostrar su descontento. “Hace muy pocos años nos vendieron el cuento de que conviene promover el diesel, porque es la bomba y hoy en día, como se está acabando la gallina de los huevos de oro, nos pegan el varapalo. Si realmente es una subida significativa puede que la gente termine protestando, pero hay otras cosas que también deberíamos protestarlas”.