bilbao. No hubo espacio para sorpresas. Fagor Electromésticos no ha encontrado la salida del laberinto y presentará concurso de acreedores mañana viernes para proceder a su liquidación y cierre las próximas semanas. Tanto la cooperativa como la Corporación Mondragón se reafirmaron ayer en sus posturas en la reunión de Lakua, escenificando un desencuentro con consecuencias dramáticas para miles de trabajadores.
La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, confirmó al termino de un tenso cónclave de dos horas y media que la histórica marca industrial vasca se acerca al precipicio y que queda poco más que recoger los pedazos y salvar lo que se pueda. Básicamente mantener el mayor número de empleos posible y evitar que el desmantelamiento de Fagor provoque una caída en cadena de la industria auxiliar ligada durante décadas a la firma sobre la que se levantó el Grupo Mondragón, el primer empleador privado de Euskadi.
El Gobierno puso sobre la mesa un plan para minimizar el impacto del cierre basado en tres ejes. La actuación más inmediata será la elaboración de un análisis industrial para detectar nuevas posibilidades de negocio para proveedores y empresas de la órbita de Fagor. Además, se realizará otro estudio a medio plazo para dar alternativas más duraderas a las empresas afectadas. La tercera pata del programa será poner Lanbide "al servicio" de los trabajadores de Fagor para que encuentren un nuevo trabajo a través de los planes comarcales de empleo.
La Corporación Mondragón se reafirmó en su diposición a recolocar a la mayoría de los cooperativistas. En concreto renovó su compromiso para buscar una "solución" los "próximos meses" para entre 1.000 y 1.200 socios de Fagor, en un programa que incluirá reubicaciones en otras cooperativas y prejubilaciones. En el mejor de los casos se quedarán sin empleo cerca de 500 cooperativistas, en el peor en torno a 700. Sin embargo, no habrá rescate para los asalariados y por ahí empieza a crecer la factura de la crisis de Fagor, que amenaza con llevarse por delante más de 4.000 empleos directos e indirectos en Euskadi.
se salva edesa, cae grumal No dio mucho más de sí la reunión. No hubo más propuestas nuevas salvo el acuerdo de Bizkaia con la firma de electrodomésticos para sacar a Edesa del concurso de acreedores. La fábrica de Basauri evitará bajar la persiana en el tiempo de descuento, apenas 24 horas antes de que se precipite el resto del grupo.
El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, llevó a la reunión un planteamiento que ya había defendido con anterioridad, que Fagor y Mondragón alcancen un acuerdo para inyectar dinero y que Kutxabank se implique a través de líneas de crédito. Era una propuesta que con otras formulaciones ya había sido rechazada por la debilidad extrema de la compañía. Por ello, una vez consumado el peor de los escenario el portavoz del PNV en las Juntas de Gipuzkoa, Markel Olano, solicitó a Garitano un plan similar al de Edesa para salvar de la quema a Grumal, una filial de Fagor que da empleo en Azpeitia a 150 personas y que caerá con la cooperativa. Su plantilla se queda además al margen del plan de recolocaciones.
Estaba escrito que la reunión convocada por el Gabinete de Urkullu estaba condenada a certificar el cierre de Fagor, pero el ministro de Industria se adelantó a los acontecimientos desvelando minutos antes del encuentro que la cooperativa había tomado ya la decisión de declararse en suspensión de pagos. El plan industrial de Fagor no ha convencido a nadie. Ni a su casa matriz -que ha decidido cortarse la mano enferma para evitar el contagio-, ni a los fondos de inversión y competidores a los que ha planteado una alianza financiera para reflotar el proyecto. La compañía necesitaba 170 millones de euros para salir del pozo, pero los posibles inversores no han confiado en su viabilidad. Fagor sigue técnicamente buscando liquidez pero reconoce que ya solo un milagro puede evitar el cierre.