MADRID. El miedo a un rescate de España mantiene la prima de riesgo disparada por encima de 500 puntos básicos, al tiempo que ha hundido la bolsa un 7,31% en la semana, la mayor caída del año, y la sitúa en el nivel más bajo desde 2003. La situación crítica que han vivido los mercados esta semana llevó a la bolsa a perder ayer los 6.000 puntos durante unos minutos por primera vez en nueve años y a la prima de riesgo llegó a marcar un nuevo récord: 547,9 puntos básicos (aunque cerró a 536).

Pero lo peor es que la incertidumbre que rodea al sistema financiero español se ha extendido al conjunto de la economía del país para precipitar una oleada de ventas en el principal indicador bursátil, el Ibex 35, que con una caída semanal del 7,31% ha registrado el mayor desplome desde agosto de 2011.

Discursos ineficaces Las reiteradas llamadas a la calma del Gobierno español apenas se han dejado sentir en el mercado de deuda, donde la prima de riesgo (que mide el sobrecoste que exigen los inversores por comprar deuda nacional en lugar de alemana, considerada más segura) terminó la semana en 536 puntos básicos. Pero lo preocupante es que ayer llegó a rozar los 550 puntos, aunque finalmente se relajó

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, volvía ayer a defender sin éxito la solvencia de España e insistía en que "la solución a la crisis se llama euro y se llama Unión Europea". Estas manifestaciones, como las precedentes de Rajoy, De Guindos o Santamaría, de nada sirvieron ya que la credibilidad del Ejecutivo está por los suelos.

Comparativas Los expertos insisten en apuntar que el nivel de rescate no lo marca la prima de riesgo, sino la rentabilidad del bono a diez años y, sobre todo, la cotización prolongada en el tiempo a determinados niveles.

En ese caso, hay que apuntar que España lleva cinco días por encima de los 500 puntos básicos -Grecia fue rescatada tras 16 días, Irlanda, 24 días, y Portugal, tras 34 días- y que sus bonos nunca han alcanzado el 7% de rentabilidad, cuando los tres países sobrepasaban con creces esa cifra cuando pidieron ayuda.

Y es que los bonos españoles a diez años han cerrado la semana con una rentabilidad del 6,53 %, cifra que todavía no alcanza los máximos anotados en noviembre a pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) lleva once semanas sin comprar deuda soberana.

El "favor" alemán Las dudas sobre la posibilidad de que España necesite un rescate -rechazada tanto por el Gobierno como por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI)- hacían huir a los inversores hacia valores más seguros, lo que derrumbaba la rentabilidad del bono alemán, que caía a un mínimo histórico del 1,17%. Esto, unido a una hipotética salida de Grecia del euro -que ya descuentan muchos analistas- tumbaba la cotización del euro hasta 1,24 dólares y hacía perder al barril de Brent los 100 dólares.

Esta incertidumbre global golpeaba con fuerza a los bancos españoles, que terminaban la semana con pérdidas, y llevaban al propio Ibex a cerrar todas las sesiones en negativo. Al final, el selectivo ha terminado en 6.065 puntos, con una caída semanal del 7,31 % y unas pérdidas acumuladas desde que empezó el año del 29,2 %.