madrid. El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán consideró ayer que la propuesta sobre la reforma laboral del Gobierno "es insuficiente y un tanto ambigua" ante los grandes problemas que afectan a la economía española. Si el martes la veía como "un buen punto de partida", en un comunicado hecho público ayer, la CEOE señala que le parece adecuado que el Ejecutivo asuma la necesidad de acometer reformas en la línea formulada por su organización, "y otras instituciones como el Banco de España, la Comisión Europea o la OCDE". Asimismo, indica que en el documento gubernamental hay medidas defendidas por la CEOE que "no están incluidas o debidamente reflejadas" como la flexibilidad interna de las empresas, la equiparación de las cotizaciones sociales con la media europea y la reducción del absentismo laboral. En la misma situación, subraya que están otras peticiones de la patronal como un contrato de trabajo a tiempo parcial más flexible, un contrato de formación para jóvenes que dé respuesta a la grave situación de empleo de este colectivo o la colaboración en la intermediación laboral de las ETT.

Además, incide en que el documento hace referencia a la introducción de "rigideces" a algunas modalidades de contratos que son esenciales para algunos sectores y que habría que evitar.

La CEOE destaca que los empresarios harán un ejercicio de responsabilidad, la misma que les llevó a firmar el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2010-2012, por considerar positiva la confianza que necesita la economía.

Por su parte, el ministro de trabajo Celestino Corbacho, insistió ayer en el Congreso en que la propuesta de reforma laboral presentada por el Gobierno no implica un abaratamiento del despido y supone tomar medidas transitorias para lograr un modelo laboral alternativo al actual.

Corbacho aseguró que la intención del Ejecutivo no es abaratar el despido, sino "explorar vías que permitan aligerar el coste de las empresas sin reducir los derechos de trabajadores". Dijo que la reforma laboral debería suponer la transición a un modelo alternativo, de tal forma que el deterioro económico "no se cebe tan directamente sobre el empleo" como ha ocurrido.