El frigorífico es uno de los electrodomésticos imprescindibles en todos los hogares y la solución tecnológica que el ser humano ha ido desarrollando para conservar los alimentos con eficacia y comodidad.

El uso de la electricidad, la tecnología y los nuevos materiales ha permitido crear aparatos muy eficientes para mantener los alimentos en buen estado durante días y evitar el desperdicio alimentario y problemas sanitarios.

La nevera es el electrodoméstico al que más recurrimos al día y de los pocos que están enchufados las 24 horas durante todo el año por razones obvias. Por eso es importante determinar su eficiencia energética, que depende en gran medida de su uso, saber a qué temperatura debe mantenerse la nevera para garantizar la conservación adecuada de los alimentos y reducir al máximo su consumo para recortar nuestra factura eléctrica y el impacto medioambiental.

El frigorífico es el electrodoméstico que más energía consume: gasta en torno al 31% de todos los electrodomésticos de un domicilio y representa el 14% del total del consumo de electricidad de tu casa, según datos de Red Eléctrica Española.

Determinar su gasto depende de varios factores, pero en general los experto señalan que si es de máxima eficiencia energética sería aproximadamente entre 50 y 75 euros al año; entre 85 y 100 euros para los de eficiencia media; y entre 130 a 165 euros para los de eficiencia baja. Estas cifras pueden cambiar en función de las tarifas de luz que tengas contratadas pero suponen, también aproximadamente, un gasto de entre 0,20 euros y de 0,45 euros a día.

Una de las cuestiones que más controversia genera es la de la temperatura ideal a la que debes mantener tu nevera para que cumpla con su finalidad y no te de un susto en la factura de la luz.

Manteniéndola entre 4 y 6 grados centígrados, con el congelador entre -18 y -20 grados debería ser es suficiente. Incluso, en contra de lo que mucha gente cree los electrodomésticos actuales permiten dejar la misma temperatura en verano y en invierno sin que afecte a sus funciones básicas.

Además, hoy en día casi todos los aparatos disponen de sistemas electrónicos de regulación automática de temperatura y el propio electrodoméstico la adapta en función de la temperatura exterior, el nivel de ocupación, etc. Solamente en los más antiguos es conveniente bajar un par de grados la temperatura en invierno. Para regularlo sólo tendrás que ajustar la temperatura en el display digital o en el clásico termostato de rueda.

Los propios fabricantes en sus manuales ofrecen además recomendaciones adaptadas para cada modelo. No dudes en preguntar al servicio técnico o en tu tienda.

Por eso regular la nevera a la temperatura recomendada y no bajarla hasta otras más frías ayuda a reducir el gasto energético en el hogar y consiguientemente tu factura eléctrica. Es una decisión importante ya que el frigorífico es uno de los electrodomésticos que más electricidad consumen en el día a día. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en los hogares españoles en los que se dispone de todos los electrodomésticos básicos más habituales, cerca del 18% de la electricidad se destina a la refrigeración y congelación de los alimentos.

También para optimizar el uso del refrigerador y lograr ahorrar en la factura de la luz es importante elegir bien el lugar en donde se ubique. Es recomendable colocarlo alejado de fuentes de calor como radiadores u hornos, y evitar que la luz del sol le dé de forma directa. Además, debe facilitarse la circulación de aire por su parte trasera para favorecer la ventilación.

Los profesionales aconsejan comprar aquellos con mejor eficiencia energética en su etiqueta y no adquirirlos más grandes de lo que necesitemos, ya que a más espacio interior, más consumo.

Consejos útiles para ahorrar con tu nevera

  • Ábrela lo menos posible y durante el menor tiempo que puedas.
  • No metas en ella comida ni bebida calientes.
  • Baja el nivel de refrigeración en el termostato cuando hay poca comida dentro.
  • Déjala en 'modo vacaciones' si te vas de casa durante varios días.
  • Mantén una distribución correcta en el interior y optimiza el almacenamiento para que el frío se distribuya correctamente.
  • Descongela el congelador cada tres meses, aproximadamente, ya que la formación de hielo o escarcha actúa como aislante y no deja enfriar, lo que hace que se consuma energía inútilmente.
  • Limpia la parrilla trasera cada año para que la suciedad no impida un correcto y eficiente funcionamiento. Facilita la ventilación de la parte trasera.
  • Coloca el electrodoméstico lejos de fuentes de calor como radiadores.
  • Evita que la luz solar incida directamente en la nevera.
  • Elige electrodomésticos con mejor eficiencia energética.
  • Escoge una nevera de tamaño adecuado ya que cuanto mayor sea, mayor energía necesitará para funcionar.
  • En largos periodos y si no tienes alimentos perecederos o dudes en desenchufarla.