A Ibai Azurmendi (11 de junio de 1996, Leitza) el corazón comenzó a enviarle señales contradictorias en O Gran Camiño. Un latido extraño se adueñó de su ritmo cardíaco. La preocupación se instaló de inmediato en su menudo cuerpo. El código morse del corazón no mantenía la cadencia exacta. Eso alertó al Euskaltel-Euskadi. Contrarreloj. 

Había que conocer el origen de esas señales inquietantes. El ciclista navarro no las reconocía. Eran un aviso de que algo no funcionaba correctamente en el mecanismo cardíaco del ciclista. Aquellas alteraciones cardíacas detectadas en febrero han imposibilitado que el ciclista navarro del Euskaltel-Euskadi, equipo al que llegó procedente de la Fundación Euskadi, continúe en el profesionalismo. 

Los problemas de corazón que detectaron las pruebas complementarias a las que fue sometido Azurmendi, profesional desde 2018, eran incompatibles con la competición de élite, donde el cuerpo se lleva al límite. El médico del Euskaltel-Euskadi, Julen Ucin, aplicó el rigor y la protección de la salud del deportista, la prioridad absoluta. 

“Tras las pruebas complementarias realizadas a Ibai, se han encontrado alteraciones cardiacas que son incompatibles con la realización del deporte de alto nivel de forma segura. Siendo la salud del deportista la única prioridad, de forma consensuada se ha decidido ponerle fin a su carrera deportiva”. 

La noticia impactó de lleno en el estado de ánimo del leitzarra, que vio cómo su sueño se esfumaba debido a unas alteraciones cardíacas. Así lo refleja Azurmendi en su emotiva carta de despedida, en la que mostró la “tristeza” de verse obligado a dejar el deporte que ama, aunque con la convicción de que es lo mejor para él porque se trata de la vida y la salud, de evitar los riesgos que le provocaba el ciclismo profesional debido a los problemas detectados en el corazón. 

“Decisión correcta”

“Estoy triste, pero es la decisión correcta. Tras notar unos síntomas anormales en la pasada vuelta a O Gran Camiño, procedimos a realizar distintas pruebas médicas y es donde encontramos unas alteraciones cardíacas que me impiden competir de una forma segura. Viendo la situación y siguiendo las recomendaciones médicas, hemos decidido poner fin a mi carrera profesional”, desgrana el leitzarra en su misiva. 

Reconoce Azurmendi que este tiempo no ha sido sencillo para él, que jamás intuyó que una dolencia cardíaca le apartaría de la carretera, de lucir el maillot naranja que se cosió a la piel en 2018 modo del papel de regalo que envuelven los sueños. Desde que sintió aquellos primeros síntomas, el navarro ha vivido en el alambre que tiende la incertidumbre durante semanas. Una pesadilla. 

Ibai Azurmendi. Sprint Cycling

Semanas complicadas

“Han sido semanas difíciles para mí, tanto por todas las pruebas realizadas como por la idea, cada vez más clara, de ver cómo mi sueño de seguir siendo ciclista profesional se apagaba. A pesar de ello, acabo orgulloso de saber que he podido disfrutar de lo que más me gustaba y me quedo satisfecho de saber que he podido ser un auténtico privilegiado con la vida que he podido llevar hasta el día de hoy”.

En la misiva más complicada y triste de redactar, Azurmendi, que aún procesa el durísimo golpe, por inesperado y cruel, muestra su agradecimiento al entorno que ha estado apoyándole en este amargo trago de realidad. La prosa tiende a entrometerse en medio de la poesía. 

“Quiero agradecer a mi familia, amigos, equipo y a toda la gente que siempre me ha estado apoyando. Estoy contento porque siempre me he sentido muy querido y acabar con una sensación así me llena de satisfacción. Acabo en la Fundación que es donde empecé y eso me hace una ilusión especial”. 

Agradecimientos 

Además del agradecimiento a la familia “lo más especial” y su entorno más cercano, Azurmendi lo extiende a Mikel Landa “por darme la oportunidad de cumplir muchos sueños que tenía y por estar siempre atento en los malos momentos que he vivido; a Julen Ucin (médico) por toda la ayuda médica y personal que me ha proporcionado en estos periodos difíciles; a Luis Astrain (psicólogo) por ayudarme a crecer y superar mis miedos y limitaciones; y a Jorge Azanza (director del equipo) por formarme como ciclista y persona y por estar en los buenos pero sobre todo en los malos momentos, como este, proporcionándome su apoyo incondicional, como siempre lo ha hecho, guiándome por el buen camino”. 

Formado en el Club Ciclista Burunda en categorías inferiores, Ibai pasó a la Fundación Euskadi en 2015 y, tras cumplir un exitoso ciclo de tres temporadas como sub’23, alcanzó el profesionalismo en 2018, los dos primeros años como Continental y desde 2020 en la élite como ProTeam, hoy el Euskaltel-Euskadi, hasta que el corazón le ha frenado. 

“Aprendí que la satisfacción está en el camino y no tanto en la meta. Es por eso que cierro esta etapa con la felicidad de saber que he disfrutado cada día como si del último se tratase”.

Otros precedentes

El caso de Ibai Azurmendi es el más reciente de una larga lista de ciclistas que han tenido que abandonar el profesionalismo debido a problemas derivados del corazón. Sonny Colbrelli, campeón de la París-Roubaix en 2021, tuvo que dejar la competición por una disfunción en el corazón. 

En ciclista italiano a punto estuvo de perder la vida después de que se desplomara en la Volta a Catalunya en una etapa con final en Sant Feliu de Guíxols el 21 de marzo de 2022. Las pruebas complementarias realizadas detectaron un problema incompatible con la práctica del ciclismo. Una arritmia cardíaca le imposibilitó seguir.

Nathan Van Hooydonck también se vio obligado a dejar la competición después de que se desvaneciera mientras conducía su vehículo en septiembre de 2023. Un examen en profundidad halló la causa del desvanecimiento del ciclista del Jumbo, que había contribuido a la victoria de Vingegaard en el Tour apenas dos meses antes. 

El belga, de 27 años, se retiró aquejado de problemas de corazón –“una anomalía en el músculo cardíaco”– incompatibles con el ciclismo profesional. “He tenido mucha suerte”, aseguró entonces Van Hooydonck. Como a ellos, el corazón frena a Ibai Azurmendi.