En Plateau de Solaison, en el Dauphiné de 2022, Primoz Roglic y Jonas Vingegaard, compañeros entonces en el Jumbo, rey el esloveno, príncipe el danés, alcanzaron de la mano la cima. Una foto feliz, las manos entrelazadas, saludando un triunfo. Esa imagen de hermanamiento revelaba en su interior el cambio que se avecinaba. En el ensayo general del Tour, Vingegaard demostró que era el elegido, aunque Roglic se llevó el laurel.

En la canícula del julio francés, el danés tomó el testigo y destronó a Pogacar en París en aquella actuación memorable después de la maniobra coral del Jumbo. El ataque a ráfagas de Roglic y Vingegaard hasta deshabitar a Tadej Pogacar camino del Granon, donde claudicó, supuso el punto álgido de la colaboración entre ambos. 

El pasado curso, imperial Vingegaard, campeón del Tour, y sobresaliente Roglic, vencedor del Giro, se quebró la sintonía en la Vuelta que premió a Sepp Kuss, el gregario fiel. Acabada la campaña, Roglic emprendió una nueva aventura.

Capitaneará el Bora. Vingegaard y el esloveno rivalizarán a cara descubierta después del pasaje de la Vuelta, donde se activó una guerra soterrada entre ambos buscando la supremacía en el equipo.

Comprendió Roglic, con contrato n vigor, que Vingegaard era el nuevo caudillo de la escuadra. El esloveno buscará desde el Bora el Santo Grial del Tour, el reino de Vingegaard. Antes, ambos coincidirán en el Tour de casa, la Itzulia, que se disputará entre el 1 y 6 de abril.

El tirón de la Itzulia

La carrera vasca es una cita atractiva para las dos estrellas. Roglic ha conquistado la Itzulia en dos ocasiones. Fue campeón en 2018 y 2021. Es una tierra que le trae buenos recuerdos. Sus primeras victorias de etapa datan de 2017.

De hecho, sus logros en las carreteras de Euskal Herria adornan sus incipientes huellas en el WorldTour. La Itzulia sirvió como impulso para Roglic, que al año siguiente se puso la txapela de ganador final. Repitió pose en 2021. Para entonces el esloveno era una luminaria.

De Vingegaard apenas sí había referencias ese curso hasta que se descapotó en el Tour, donde fue segundo una vez Roglic dejó la Grande Boucle víctima de una caída. El hexágono siempre ha torturado al esloveno. Le ha atormentado. Este curso pretende encontrar el sol luminoso. 

Duelo en las carreteras vascas

Camino de la mayor lumbre del ciclismo, Roglic se aproximará desde la Itzulia. Ese mismo plan ha dispuesto Vingegaard. Más tarde colisionarán en el Dauphiné antes de encararse en el Tour. El danés acudirá a la cita vasca con la idea de repetir la sensación de victoria.

En 2023 dominó la prueba de punta a punta. En el pasado, cuando los galones y la jerarquía fijaban al danés como el mejor ayuda de cámara del esloveno, Vingegaard secundó a Roglic en el podio definitivo de 2021.

Esa misma escena se repitió en el Dauphiné un curso después. Esas postales felices pertenecen a la nostalgia y al pasado. La Itzulia les medirá en la primera semana de abril como rivales tras compartir un lustro en el Jumbo.

Separados sus destinos, la prueba de Euskal Herria les unirá para combatir sin disimulo después de la experiencia de la Vuelta, donde ambos se midieron en el seno de la misma formación. 

Recorrido probable

La crono inaugural de Irun, diez kilómetros de recorrido, será la plataforma en la que colisionarán los dos fenómenos. A partir de ahí, la Itzulia, que está tejiendo el recorrido, será el banco de pruebas para dos de los mejores ciclistas del mundo.

Según publicó el As, se espera que la carrera vasca alcance Iparralde en la segunda jornada. La tercera jornada se apoyará en Nafarroa y la llegada se prevé en Altsasu.

La cuarta entrará en terreno alavés, con final en Legutio, para encauzar la Itzulia hasta Bizkaia el penúltimo día de competición antes de rematar la carrera en Eibar, aunque se desconoce si se apostará por un final en Arrate o en el centro de la localidad armera. Para entonces, no habrá armisticios. Roglic y Vingegaard se soltarán las manos. Se retan en la Itzulia.

Evenepoel y Landa comparten entrenamiento. Soudal / Wout Beel

EVENEPOEL TAMBIÉN SE ALISTA A LA ITZULIA ANTES DE ENCARAR EL TOUR


En la concentración del Soudal, bajo el sol de Calpe, sonríen y bromean Mikel Landa y Remco Evenepoel, compañeros desde la llegada del alavés este curso. Posan los dos juntos, sabedores en el equipo del tirón de ambos. Se siente cómodo el murgiarra en su nueva piel. Otro lobo para la manada de Lefevere.

Landa, más que los incisivos, muestra su media sonrisa, que paseará por el Tour y la Vuelta. De momento, aunque el inicio del curso cada vez está más cerca, se impone el relax de las suaves temperaturas y el sol de invierno de Calpe, en la Costa Blanca, donde la formación belga prepara la campaña.

El objetivo prioritario es el Tour. Lo descubrirá Evenepoel después de que fuera capaz de vencer la Vuelta en 2022. A la carrera francesa acudirá con Mikel Landa, que deberá ser uno de los principales apoyos del prodigio belga ante un reto magnífico. El de Murgia competirá también en la Vuelta mirando a la general.

En el tránsito hacia la carrera francesa, Evenepoel correrá la Itzulia, donde tratará de imponerse a Vingegaard y Roglic, principales favoritos. Sí conoce la gloria el belga en la Donostiako Klasikoa, que ha conquistado en tres ocasiones.

En la Itzulia, contará con la colaboración de Mikel Landa, que la pasada campaña logró la segunda plaza tras Vingegaard. Ion Izagirre cerró el podio. En la Itzulia, contará, en principio, con la colaboración de Mikel Landa, que la pasada campaña logró la segunda plaza tras Vingegaard. Ion Izagirre cerró el podio.