Otro nivel, otro peldaño más alto y nivel maestría superado en el mejor club del mundo mundial. Alex lo dejó dicho cuando hablamos la primera vez; “aparca un par de semanas que el asunto va con primicia”, anunció con aire misterioso a mi propuesta de personaje protagonista en “P… pádel”. Pues bien, eh ahí la noticia fresca pero ya anunciada en la Peña. El gerente del club lo deja. A partir de una fecha señalada ejercerá las funciones que toquen en Jolaseta, club vizcaíno de crema y merengue, máxima potencia y relevancia nacional, da igual estatal o autonómica. Alex Botella del Valle, nacido en julio del 84, al borde de los 40, cambiará Vitoria por Bilbao tras ocho años como máximo responsable de gestión, mantenimiento, relaciones institucionales y sociales “en el mejor club del mundo”, dice, robándome la exclusiva tantas veces empleada en páginas como ésta, “club deportivo de referencia deportiva en Álava y el País Vasco”; un club de tenis, como reza el nombre completo, Peña Vitoriana Tenis Club, con 130 niños y niñas que juegan al tenis, deporte “que sufriera el novedoso impulso del pádel, 25 años para acá, pero que va recuperando los ánimos y el número de practicantes”.
Había dos, un segundo mensaje en la botella que Alex me lanzó sobre aviso: “la Peña va a contar en breve con las dos primeras canchas de Pickleball de Álava”, el jueguecito ese de las palas de playa –curioso, así decíamos de las primeras con las que se jugaba al pádel– tan de moda desde que los americanos lo inventaran. “Adrián Lasquibar”, descubre, “se ha empeñado y nos ha parecido bien”. Cambio y corto, no hay más novedades. Fuera comunicación.
Alex habrá dejado en su sitio los planes previstos para la celebración de la quinta edición del Araba World Tenis Tour Femenino Open Grupo Amutio, la última y gran obra maestra “del equipo del que formo parte, de todas las gentes del club que echan una mano para sacarlo adelante”, significa para mostrar la importancia “del equipo, de la gente, con especial sintonía con la presidencia del club, con Íñigo Area, hacia quien siento agradecimiento y cariño que se extiende también a su junta”.
Botella fue tenista y jugador de pádel. Aprendió “con los Churruca, con Fernando Gómez de Segura” y, en la pista de pádel, “al lado de García-Ariño y Julio Aniel-Quiroga”, con apenas 7 años. A los 16, con el título de monitor en el bolsillo –a los 18 se sacó el de entrenador– dio comienzo su carrera de enseñante. “En mi club en primer lugar, luego a los chicos y chicas de los cursos municipales, en Jakintza, Padeleku y Bakh; le di la vuelta al mundo del pádel”, cuenta orgulloso. En 2013 volvió a casa como responsable de pádel “y dos años después asumí la responsabilidad más grande”, subraya. “Era trabajador y responsable de un área fundamental, pero ante todo y primero, socio desde que nací, lo que significa que todo lo que he hecho lo he hecho para mi casa, mi gente y mi club”; así, todo lo haces mejor, con más cariño, mucho más fácil… “pero con más responsabilidad”.
Reca y Nerone, “que han estado aquí y he tenido que trabajar con ellos”, son sus jugadores favoritos. Belas, Martín Díaz, Pati Llaguno –familia indirecta–, “la pura magia”. De los de ahora, “verdaderos monstruos, jugadorazos…, hay un par que se salen pero prefiero ni nombrarlos”. Uno es andaluz y el otro, argentino que juega a la derecha. No hay más pistas. “Ahora hay mucha igualdad, mucha calidad y talento muy trabajado, por eso, si tengo que elegir, me quedo con los que han salido de casa y alrededores: Arija, Lopa…”.
Alex Botella se marcha pero deja buena onda y señas de sus mejores intenciones y obras. Un anuncio, “un recuerdo y agradecimientos al equipo, al grupo de personas que he tenido siempre al lado”. Dice, que “nada vales o poco consigues si no hay gente cerca que te echa una mano”, de ahí que la foto elegida sea “conmigo y con el equipo al completo”. Ese es el mensaje.