Etapa 4: Estella - Logroño
Hoy el día no ha comenzado del todo bien. Nada más salir ya me he equivocado de recorrido y me he ido en dirección contraria. Sí es cierto que me he dado cuenta rápido pero para entonces ya estaba la avería hecha. Al final más de dos kilómetros hasta volver al punto de origen.
Es por ello que luego he tenido que apretar ligeramente el paso. Tanto ha sido así que he llegado a Los Arcos en menos tiempo del esperado. Allí he coincidido con Mari, una estonia de un pueblecito cerca de Riga. Viene desde allí haciendo el Camino de Santiago y ¡yo pensaba que lo mío era duro! Después de descansar unos minutos proseguí mi camino dirección a Logroño.
Hasta ahora el Camino ha estado bastante entretenido, pero eso ha sido hasta ahora. Hasta llegar al pueblo de Sansol han sido siete u ocho kilómetros de una pista interminable.
Allí me encuentro con Mark y Katrina, ambos pararán en Viana a dormir. Lo mejor de todo es que ella está embarazada de cinco meses. El Camino no deja de sorprenderme.
Y lo peor estaba por llegar. Faltaba subir hasta la parte de arriba de Torres del Río. Por delante solo me separaban seis kilómetros de Viana, pero han sido interminables constantes subidas y bajadas a cada cual más dura. Todo ello ha hecho muy complicado mantener un ritmo óptimo.
Finalmente veo Viana en mi horizonte. Y con ello a Valentín, un chico que colabora habitualmente con Aefat que me tiene preparado un avituallamiento inesperado.
Después de un delicioso sándwich de membrillo y un plátano me encaminó ya hasta Logroño.
Allí a la entrada me espera Valentín junto a David, también colaborador de Aefat que será mi anfitrión esta noche en la capital riojana, ya que cenaré y dormiré en su casa.
Mañana me pongo en dirección a Santo Domingo de la Calzada, pero esa será otra historia.
Buen camino.