- El Consejo Interterritorial de Salud estudiará este miércoles la posible adopción de medidas sobre la asistencia de público a eventos deportivos multitudinarios, incluidos los de las ligas de fútbol y baloncesto, ante el rebrote de la pandemia entre la población española.
Justo tres meses después de autorizar la ocupación al cien por cien de los campos de fútbol y de los pabellones de baloncesto al 80 por ciento, la afluencia de espectadores corre peligro de nuevo dados los altos índices de contagio que provoca ómicron, la nueva variante del covid-19, y que ha provocado una explosión de positivos en varios equipos de baloncesto y fútbol sala que se han visto obligado a aplazar sus respectivos enfrentamientos.
Sin olvidar, además, el fútbol tradicional, donde ya se registran peticiones para posponer partidos, como, por ejemplo, la cursadas por el Rayo Vallecano, que debería medirse este fin de semana al Atlético de Madrid; y el Tenerife, que ha decidido suspender temporalmente la venta de entradas para el derbi de Segunda División contra la UD Las Palmas, por si se decide una reducción de aforo.
La exclusión del público de acontecimientos deportivos es una medida adoptada ya por otros países europeos como Alemania, que la empezó aplicar el mes pasado, Bélgica y Escocia y no se descarta que en Inglaterra, al margen de Países Bajos, confinado hasta el 14 de enero.
El martes, sin ir más lejos, se cumplieron justo tres meses desde que la evolución favorable de la pandemia llevó a dar luz verde a la apertura total de puertas para estos eventos, con el aval de 16 comunidades y la abstención del País Vasco.
Mascarilla obligatoria, prohibición de fumar, comer o beber durante los partidos, salvo agua, fueron las exigencias marcadas, que acabaron con la distancia de seguridad de 1,5 metros también en los estadios de fútbol.
Hasta entonces y desde que en mayo se autorizó la vuelta del público a las competiciones profesionales de fútbol y baloncesto los porcentajes de aforo habían ido aumentando y en ese momento eran del 60 por ciento en exteriores y del 40 en interiores.
Desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020 el deporte profesional permaneció cerrado a sus aficionados durante catorce meses y aunque este se reanudó para acabar la temporada 2019-202 las puertas de sus recintos no se abrieron hasta mayo de este años.
El Ejecutivo lo autorizó el día 12 en las regiones que se encontraban entonces en fase uno de la pandemia, con una incidencia acumulada menor a cincuenta. Entonces quedaban por delante las dos últimas jornadas de LaLiga y el tramo final de la Liga Endesa.
Las condiciones para ello fueron un aforo del 30 por ciento de la capacidad del estadio, con un máximo de 5.000 espectadores locales para evitar desplazamientos, además de una distancia de 1,5 metros de izquierda a derecha y de delante a detrás entre cada espectador.
La sectorización de los estadios para que las entradas y salidas se hicieran de forma escalonada; la toma de temperatura al acceder, con mascarilla FFP2 sin válvula y la prohibición de beber, comer y fumar fueron otras de las exigencias.
El día 17 de mayo se concretó la forma en la que los espectadores volverían a las canchas de baloncesto, con un 25% de aforo, un máximo de 1.500 personas y las mismas exigencias.
El Gobierno también autorizó la presencia de 16.000 espectadores para los partidos que la selección española de fútbol iba en la fase de grupos de la Eurocopa en La Cartuja de Sevilla.
Después, a mediados de agosto, y para el inicio de la temporada 2021-2022 se fijó un límite inicial del 40 por ciento de aforo al aire libre y de un 30 en espacios cubiertos.