brir la élite a un mayor número de surfistas. Aumentar los aspirantes al ascenso. Ese fue el objetivo de la Liga de Surf Internacional (WSL) cuando el año pasado cambió su formato de promoción y creó la Challenger Series. Un pequeño torneo, de apenas cuatro paradas, en el que los mejores de la segunda categoría del surf, clasificados por continentes, pugnarían entre sí por entrar en el circuito de la primera división. Como un trampolín hacia la gloria.
Sin embargo, el covid-19 obligó a paralizar esta novedosa competición; por lo que los cambios no pudieron aplicarse hasta ahora. En estos momentos, la Challenger Series es toda una realidad. Se está disputando su segunda prueba, que tiene lugar en Ericeira (Portugal), y entre los elegidos se encumbran siete vascos.
Siete surfistas que se encuentran luchando con los mejores de cada región por un puesto en la máxima categoría de este deporte. Garazi Sánchez, Leticia Canales, Ariane Ochoa, Nadia Erostarbe y Janire González, en categoría femenina; y Aritz Aranburu y Rubén Vitoria, en masculina, hicieron méritos para poder codearse con los más sobresalientes y ahora apuran sus opciones de seguir subiendo escalones.
No será sencillo, puesto que son 96 hombres y 64 mujeres pugnando por 12 y 6 plazas, respectivamente. Por 12 y 6 ascensos automáticos. Es decir, conseguirlo es casi imposible. Sin embargo, antes de la primera de las cuatro pruebas de esta Challenger Series, que se celebró el pasado mes en la costa californiana, Leticia Canales contaba con muchas papeletas para subir.
Es más, la surfista getxotarra se encuentra compitiendo en calidad de campeona de Europa; un título que la erigió hasta la novena plaza del ranking. Muy cerca de las seis posiciones con premio. Y es que la puntuación final de cada surfista será la suma de los tres mejores resultados de cinco eventos: los cuatro de la Challenger Series y el mejor de 2020. De esta forma, con los 6.500 puntos del tercer puesto del Sidney Surf Pro, la propia Canales reconoció antes de poner rumbo a Estados Unidos que “nunca había visto tan cerca como ahora la oportunidad de calificarme para el circuito de la primera división”. Sin embargo, esas aspiraciones parecen haberse diluido con las dos primeras pruebas de la Challenger.
Y es que en California, Canales quedó encuadrada en un grupo muy complicado y no pudo pasar de la primera ronda. Solo sumó 600 puntos por los 10.000 que se llevó la campeona, Caitlin Simmers. Y ahora, en Portugal, también quedó apeada a las primeras de cambio: 700 puntos. Por ello, todo parece indicar que la getxotarra descenderá algunos puestos de la clasificación general al término del evento portugués.
Con todo, las buenas noticias las está protagonizando Ariane Ochoa. La bilbaína está, en estos momentos, en la posición 24. Pero continúa viva en Ericeira. De hecho, es la única representante vasca que sigue compitiendo en la prueba de Portugal. Se encuentra ya en dieciseisavos de final, donde se medirá a la australiana India Robinson, por lo que ocurra lo que ocurra, se asegura ya un buen puñado de puntos. Cabe destacar, además, que Ochoa fue la euskaldun que más lejos llegó en la primera prueba de la Challenger. La californiana. Allí, la bilbaína también consiguió llegar hasta la ronda de las 16 mejores, pero ahí terminó su aventura tras caer derrotada en el cara a cara con la japonesa Sara Wakita. Así pues, se metió 3.500 puntos en su bolsillo.
Con tan solo Ochoa viva en Portugal, el resto de representantes vascos ya están pensando en las últimas paradas de la Challenger Series. La tercera tendrá lugar en Las Landas francesas del 16 al 24 de octubre; mientras que Hawai dictará sentencia del 25 de noviembre al 7 de diciembre.