Donostia - La pésima racha protagonizada por la Real Sociedad (cuatro derrotas consecutivas) y, sobre todo, las malas sensaciones ofrecidas desde que el entrenador Asier Garitano se hizo con el cargo han inundado de nervios la planta noble de Anoeta hasta el punto de que el Consejo de Administración decidirá esta semana si sigue como técnico. Las dudas se habían incrementado en las últimas semanas entre quienes gobiernan el club, pero la derrota contra el Alavés, en plena festividad de Santo Tomás, ha dejado la continuidad del bergararra pendiendo de un hilo.
En estos próximos días los rectores de la entidad txuri-urdin volverán a reunirse, tras tener una primera toma de contacto el pasado fin de semana, para tomar la decisión definitiva. Y en el caso de que determinen que la etapa de Garitano termina en este periodo de navidades, su sustituto sería Imanol Alguacil. Tanto Jokin Aperribay como Roberto Olabe tienen claro que el oriotarra, que ya enderezó el rumbo de la Real la pasada temporada tras la destitución de Eusebio Sacristán, es el hombre que tiene que tomar las riendas del equipo de nuevo con el propósito de que su preocupante situación no pase a mayores.
Una condición de interinidad que no le resultaría extraña al exjugador realista, que en la presente campaña mantiene al Sanse en mitad de la tabla del grupo II de Segunda B con una plantilla joven y renovada con respecto a la del curso pasado.
estilo Además de los resultados negativos acumulados por el conjunto guipuzcoano y de su situación clasificatoria (es decimoquinto, con cuatro puntos de margen sobre los puestos de descenso y a siete de la zona europea), su estilo desde que Asier Garitano es el responsable, muy alejado del que promulgaba Eusebio y del que más se adaptaría a las características de algunos integrantes de la actual plantilla blanquiazul, ha abierto un debate en el entorno txuri-urdin que no es ajeno a la dirección deportiva y a los mandamases del club. Aunque sabían de que su ideario difería del libro de estilo del entrenador pucelano, esperaban los futbolistas se adaptarían con mejor resultado.
Roberto Olabe ha llegado a reconocer durante la temporada que no se había dado aún con la tecla: “Con Eusebio se estaba jugando de una manera muy reconocible desde septiembre de 2016 y queríamos jugar de una manera más versátil, pero no hemos llegado. Creo que hay cosas en las que somos mejores, como en las transiciones ofensivas y defensivas, pero aún tengo la sensación de que nos encontramos un poquito incómodos. Del modelo al juego tienen que transitar el entrenador y los jugadores y es obvio que nos queda mucho por mejorar. Nos queda un mundo para parecernos al equipo solvente que queremos”.
El director de fútbol de la Real llegó incluso a reconocer que “me da miedo hablar de transición, porque se convertiría en una excusa. Tenemos que tener la ambición de competir con los mejores, porque tenemos la base, tenemos una estructura con experiencia. No quiero que nada se convierta en excusa, porque nos debilitaríamos”. Un objetivo, el de competir con los mejores, que el equipo donostiarra, bajo el mando de Asier Garitano, no ha conseguido, lo que ha mermado la confianza de quienes le eligieron para dirigir los designios de un equipo cuyo objetivo es clasificarse para una competición europea.